Más de 200 millones de ciudadanos chinos han sido diagnosticados y tratados por COVID-19 desde que se levantaron las estrictas medidas de confinamiento a partir de noviembre, indicaron las autoridades de China.
Con la recuperación de 800.000 de los pacientes más graves, China ha “vencido decisivamente” a la pandemia, según notas de una reunión de la Comisión Permanente del Politburó del gobernante Partido Comunista encabezada por el presidente y líder del partido, Xi Jinping.
China impuso algunos de los bloqueos, cuarentenas y restricciones de viaje más draconianos del mundo y aún enfrenta preguntas sobre los orígenes del virus que se detectó por primera vez en la ciudad central china de Wuhan a finales de 2019. La aplicación de mano dura provocó inusuales protestas contra el gobierno y cobró un alto precio en la segunda economía más grande del mundo.
La agencia oficial de noticias Xinhua citó a Xi diciendo que las políticas para controlar el brote habían sido “totalmente correctas”. El abrupto levantamiento en noviembre y diciembre de la política de “covid cero” que había buscado eliminar todos los casos del virus provocó un repunte de contagios que saturó temporalmente los hospitales.
El número de casos ha alcanzado desde entonces su punto máximo y la vida prácticamente ha vuelto a la normalidad, aunque los viajes internacionales hacia y desde China aún no han regresado a los niveles previos a la pandemia.
China se encuentra ahora en transición a una etapa posterior a la pandemia tras una lucha contra el brote que fue “extraordinaria en extremo”, informó Xinhua.
El gobierno seguirá “optimizando y ajustando las políticas y medidas de prevención y control de acuerdo con los tiempos y situaciones con una enorme responsabilidad histórica y una fuerte determinación estratégica”, agregó Xinhua.
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