“Efectivamente, fui testigo de la llegada del hombre a la Luna, y fue un momento muy emocionante”, dijo a la Voz de América Julio Fernández, astrónomo y decano de la Facultad de Ciencias del Uruguay.
“No solamente porque era la primera vez que el hombre ponía pie en la Luna, sino porque era la primera vez que veía algo filmando en directo, en tiempo real. Algo que hoy es tan común en ese momento era una hazaña tecnológica”, recordó Fernández de 63 años, que en ese entonces tenía 23.
Para este astrónomo, ver a Neil Armstrong, comandante de la tripulación del Apolo 11, poner pie sobre la Luna el 20 de julio de 1969, fue un hecho histórico que pudo apreciarlo con una mirada científica.
Fernández recordó que como estudiante de Astronomía ya había tenido cursos en la facultad sobre mecánica celeste y entendía los fundamentos de cómo era la trayectoria de un cohete hacia otro planeta.
Sin embargo, “había gente que todavía no creía que el hombre pudiera llegar”, según el decano, y él pudo explicarle a esas personas la matemática por detrás de la proeza.
El lunes será transmitido en el Planetario Municipal de Montevideo un audiovisual con una entrevista hecha a Fernández sobre sus memorias de la conquista lunar.
También fueron entrevistados otros personajes relevantes de la política, el deporte y la cultura uruguaya, tal como el ex presidente y actual senador Julio María Sanguinetti, el director del departamento de Cultura de la Intendencia de Montevideo, Mauricio Rosencof, y Julia Möller, quien fue elegida como Miss Uruguay en 1969 y partió rumbo a Miami para el certamen Miss Universo.
Un viaje con fines políticos y científicos
También están aquellos astrónomos que si bien eran muy jóvenes en ese entonces y no recuerdan con nitidez las imágenes, aprecian la importancia que tuvo esa expedición para la historia de la humanidad.
“Se ha hecho la comparación – y creo que es válida – entre el viaje a la Luna y los viajes de Colón. Es decir, los astronautas descubrieron un mundo nuevo”, dijo Tabaré Gallardo, de 47 años, astrónomo y profesor de la Facultad de Ciencias.
Como astrónomo, Gallardo dijo que estudió la trayectoria de un cohete desde que despega de la Tierra hasta que llega a cualquier planeta, y que es “muy fácil” descifrar la matemática del viaje.
“La dinámica es muy sencilla”, aseguró. “Lo difícil es llevarlo a la realidad, que un grupo de humanos vayan y sobrevivan. La ingeniería del viaje es más difícil que la teoría”, dijo Gallardo.
Desde el punto de vista científico, las muestras lunares que trajeron los astronautas “tuvieron un fuerte impacto a la hora de entender lo que es el origen del sistema Tierra-Luna y del origen del sistema solar”, según el astrónomo.
“Con esas muestras queda claro que la Luna y la Tierra no se formaron en el mismo proceso, se formaron separadamente”, dijo.
“Como la Luna tiene un gran parecido con lo que son las capas externas de la Tierra, se reforzó la teoría de que la Luna se formó por el impacto de un objeto muy grande con la Tierra”, explicó.
Para Oscar Méndez, director del Planetario Municipal de Montevideo, además de los avances científicos, cabe destacar que la llegada a la Luna perseguía un fin político de los Estados Unidos en el contexto de la Guerra Fría.
“El propio Kennedy dijo en 1961 en su discurso del 25 de mayo ante el Congreso, que prometía que iban a lograr llevar el hombre a la Luna y traerlo sano y salvo”, dijo Oscar Méndez, director del Planetario Municipal de Montevideo.
“Hasta ese momento los soviéticos le comían la carótida a los norteamericanos, todos los logros de investigación era soviéticos, y Kennedy tensó todas las fuerzas económicas y humanas de Estados Unidos para lograr un gran objetivo en la investigación espacial”, explicó.
El afán de Kennedy por conquistar la Luna “marcó una época”, según Méndez, ya que Kennedy “entendía la importancia de la investigación espacial para un país que pretendía ser hegemónico”.
“Eso fue una mentira total”
El astrólogo uruguayo Boris Cristoff, de 83 años, es parte de la corriente de descreídos que creen que la llegada a la Luna nunca ocurrió, y que fue parte de una conspiración para ganarle la carrera a la Unión Soviética.
En 1969, sin embargo, dijo que creyó en las imágenes que vio en televisión “como todo el mundo”.
“Nos impresionó muchísimo, a todos los de mi generación”, aseguró. “Nos quedamos alelados, alegres de alguna manera por estar en Occidente y por haber ganado la carrera especial”.
Hacia fines de los años ’80 y principios de los ’90, Cristoff dijo que a raíz de las preguntas que le hicieron sus hijos y nietos, despertaron sus dudas acerca del viaje de Apolo 11.
Tras analizar fotografías y otros datos de la época, concluyó que todo fue “una fraguada, un macaneo histórico”.
“Hay un movimiento muy grande de personas que venden videos y documentos que prueban lo mal hecho que está eso. Para la época podía servir porque la televisión era principiante y uno se tragaba muchas pavadas”.
Al ser consultado si como astrólogo había anticipado el viaje a la Luna, Cristoff respondió: “La mentira no se anticipa. Los planetas marcan la verdad. Eso fue una mentira total”.