Las autoridades colombianas aseguran haber retomado el control en la población de Toribío (Cauca), donde este martes un grupo de indígenas atacó a los uniformados del Ejército que custodiaban una base de comunicaciones militares.
Tras el ultimátum para que abandonaran la región del Cauca, este marte, indígenas de la población de Toribío decidieron golpear con palos y piedras a los cerca de 70 soldados del Ejército de Colombia que custodiaban una base de comunicaciones en la región.
Ante la situación, el gobierno envió a efectivos policiales del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD), a la zona para que efectuaran un operativo de desalojo de los nativos, en el que hubo disparos y explosiones que dejaron varios heridos.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, anunció que viajará nuevamente al departamento del Cauca para enfrentar la situación.
"No quiero ver un solo indígena en las bases militares", escribió el mandatario a través de su cuenta en Twitter. "El ministro del interior está autorizado para abrir mesa de diálogo con indígenas cuando cesen agresiones", agregó Santos.
Por su parte, los altos mando militares encargados del operativo, gestionan el envío de misiones humanitarias para atender a los indígenas heridos.
Indígenas reunidos con las FARC
Este martes, en medio de los disturbios en Toribío, cerca de 3.000 indígenas acudieron a una reunión en otro lugar de la zona con guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), para exigirles que, al igual que el Ejército, se retiren de la zona porque afectan su seguridad y desconocen su autoridad.
"No necesitamos su presencia porque la guerrilla no nos trae tranquilidad; ustedes atacan a la población civil; ustedes irrespetan nuestra autoridad y nuestra justicia. No ayudan a la autonomía: todo lo que tenemos en gobierno propio lo hemos hecho nosotros y nosotras", señala una declaración firmada por la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN) que fue enviada al máximo jefe de las FARC, Timoleón Jiménez, alias 'Timoshenko'.
Los indígenas reconocieron que hubo un forcejeo con miembros del Ejército en su intento por desalojarlos del lugar para obtener el control y aseguran haber amenazado a las FARC con brindarles el mismo trato si no despejan la zona.
No obstante, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, reiteró el martes que la Fuerza Pública no abandonará el lugar y señaló que la lucha del gobierno es contra las FARC para proteger a los indígenas, que según el gobierno, han sido infiltrados por el grupo guerrillero.
"Resultan totalmente inadmisibles y condenables los hechos que se han presentado en el día de hoy – martes – (...) Como presidente de todos los colombianos, rechazo de forma categórica dicha actitud", señaló el mandatario.
Por su parte, el ministro de Defensa de Colombia, Juan Carlos Pinzón, y el fiscal general de la Nación, Eduardo Montealegre, acordaron enviar una comisión que investigará los hechos y recolectará pruebas para judicializar a los indígenas que participaron de la agresión.
"Allá hay un enemigo que son las FARC. Le pedí al fiscal que envíe una comisión del CTI para que investigue estos hechos. Hay miembros de estas organizaciones infiltrados pero vamos a seguir actuando y vamos a seguir luchando con refuerzos en la zona", dijo el ministro Pinzón, según reporta Eltiempo.com
El gobierno colombiano se mantiene en la posición de custodiar la zona y descartó mediación internacional en este polémico conflicto.
Tras el ultimátum para que abandonaran la región del Cauca, este marte, indígenas de la población de Toribío decidieron golpear con palos y piedras a los cerca de 70 soldados del Ejército de Colombia que custodiaban una base de comunicaciones en la región.
Ante la situación, el gobierno envió a efectivos policiales del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD), a la zona para que efectuaran un operativo de desalojo de los nativos, en el que hubo disparos y explosiones que dejaron varios heridos.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, anunció que viajará nuevamente al departamento del Cauca para enfrentar la situación.
"No quiero ver un solo indígena en las bases militares", escribió el mandatario a través de su cuenta en Twitter. "El ministro del interior está autorizado para abrir mesa de diálogo con indígenas cuando cesen agresiones", agregó Santos.
Por su parte, los altos mando militares encargados del operativo, gestionan el envío de misiones humanitarias para atender a los indígenas heridos.
Indígenas reunidos con las FARC
Este martes, en medio de los disturbios en Toribío, cerca de 3.000 indígenas acudieron a una reunión en otro lugar de la zona con guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), para exigirles que, al igual que el Ejército, se retiren de la zona porque afectan su seguridad y desconocen su autoridad.
"No necesitamos su presencia porque la guerrilla no nos trae tranquilidad; ustedes atacan a la población civil; ustedes irrespetan nuestra autoridad y nuestra justicia. No ayudan a la autonomía: todo lo que tenemos en gobierno propio lo hemos hecho nosotros y nosotras", señala una declaración firmada por la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN) que fue enviada al máximo jefe de las FARC, Timoleón Jiménez, alias 'Timoshenko'.
Los indígenas reconocieron que hubo un forcejeo con miembros del Ejército en su intento por desalojarlos del lugar para obtener el control y aseguran haber amenazado a las FARC con brindarles el mismo trato si no despejan la zona.
No obstante, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, reiteró el martes que la Fuerza Pública no abandonará el lugar y señaló que la lucha del gobierno es contra las FARC para proteger a los indígenas, que según el gobierno, han sido infiltrados por el grupo guerrillero.
"Resultan totalmente inadmisibles y condenables los hechos que se han presentado en el día de hoy – martes – (...) Como presidente de todos los colombianos, rechazo de forma categórica dicha actitud", señaló el mandatario.
Por su parte, el ministro de Defensa de Colombia, Juan Carlos Pinzón, y el fiscal general de la Nación, Eduardo Montealegre, acordaron enviar una comisión que investigará los hechos y recolectará pruebas para judicializar a los indígenas que participaron de la agresión.
"Allá hay un enemigo que son las FARC. Le pedí al fiscal que envíe una comisión del CTI para que investigue estos hechos. Hay miembros de estas organizaciones infiltrados pero vamos a seguir actuando y vamos a seguir luchando con refuerzos en la zona", dijo el ministro Pinzón, según reporta Eltiempo.com
El gobierno colombiano se mantiene en la posición de custodiar la zona y descartó mediación internacional en este polémico conflicto.