Las armas que alguna vez empuñó la guerrilla más antigua de América Latina están a punto de convertirse en tres espacios que rememoren una historia de lucha, reconciliación y paz.
El presidente colombiano Juan Manuel Santos visitó este martes la construcción del primero de éstos, ubicado en Bogotá, y se informó que será inaugurado en noviembre. El segundo se erigirá en el jardín de esculturas de las Naciones Unidas, en Nueva York, y el tercero se realizará en Cuba, pero el gobierno de ese país aún no define el lugar ni las características que tendría. Todos los monumentos serán creados con el armamento entregado por las desaparecidas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El acuerdo de paz entre el gobierno y esa guerrilla se firmó en noviembre de 2016, y aunque a Santos le valió el premio Nobel de la paz, el documento fue polémico, generó grandes desacuerdos y en parte del país logró mermar la popularidad del mandatario, lo que incluso pudo influir de manera decisiva en las últimas elecciones. El actual presidente electo, Iván Duque, ya ha dicho que ajustaría algunos puntos del acuerdo.
El monumento ubicado en el centro de Bogotá está a cargo de la maestra Doris Salcedo y por el momento sólo se ha elaborado el piso del mismo. Al finalizar el proyecto, este espacio de memoria y tolerancia contará con un auditorio para 70 personas.
Al respecto, Santos señaló: “esta pre inauguración me llega en lo personal, al fondo de mi corazón, porque de cierta forma es el epilogo y el esfuerzo que hicimos para llegar a un acuerdo de paz de una guerra de más de 50 años y que realmente es traducida con lo que estamos haciendo hoy”.
El monumento denominado “Fragmentos” busca “que estas obras simbólicas reelaboren y narren las memorias del conflicto armado colombiano”, señaló la artista por su parte.
Salcedo es una colombiana de 60 años que se ha hecho de un lugar en la escena contemporánea internacional. Sus obras han sido expuestas en diferentes partes del mundo, entre ellas, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, en el Tate Modern de Londres y en el Centro Pompidou de París.
El viceministro de la Defensa colombiano, José Javier Pérez, dijo a The Associated Press que este monumento es “histórico”. Según explicó, cuando las FARC entregaron sus armas se realizó un inventario y clasificación de las mismas siguiendo un protocolo revisado por Naciones Unidas y se enlistaron alrededor de siete mil. Posteriormente a éstas se les removieron las partes plásticas y de madera y únicamente se conservó el metal. Al final, éste se fundió en la empresa de la industria militar del Ministerio de la Defensa.
