El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, reconoció públicamente el rol del gobierno en los asesinatos de activistas de izquierda en la década de 1980.
Durante una ceremonia en el palacio presidencial, el jueves, Santos se disculpó ante los sobrevivientes miembros del Partido Unión Patriótica.
“Esa tragedia nunca debió haber sucedido y debemos reconocer que el gobierno no tomó suficientes medidas para impedir e impedir los asesinatos, ataques y otras violaciones aunque había evidencia de que se estaba llevando a cabo la persecución”, dijo Santos frente a 200 sobrevivientes y sus familiares de Unión Patriótica.
Unas 3.000 personas fueron muertas por grupos paramilitares durante conversaciones de paz entre el gobierno y la Unión Patrótica en la década de 1980.
“La persecución de los miembros de la Unión Patriótica fue una tragedia que llevó a su desaparición como organización y causó daño a miles de familiares y a nuestra democracia”, indicó el presidente Santos.
El discurso del presidente tuvo lugar a menos de dos semanas de que él firme un acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC. El acuerdo pone fin a una guerra civil que ha matado a más de 220.000 personas y desplazado a millones. Unos 7.000 combatientes de las FARC serán incorporados a la sociedad y se les permitirá formar un partido político.
El lunes, los rebeldes de las FARC se disculparon por el “gran dolor” que causaron con los secuestros de miles de personas en busca de fondos para el conflicto a través del cobro de rescates.