En la tercera semana del juicio que se sigue en una corte federal de Nueva York al presunto exjefe del cartel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán, declaró el lunes el misterioso testigo que se había anunciado la semana anterior, y al que se identificó en el tribunal como Miguel Ángel Martínez Martínez.
Martínez, un expiloto del cartel de Sinaloa, alias “el Tololoche”, y también conocido como “el gordo”y “el compadre”, explicó como se movía la droga desde Colombia al exterior.
Según Martínez la droga que era importada desde Colombia, la proveía el cartel de Medellín o el Cartel de Cali, los cuales en territorio colombiano tenían un constante conflicto. Dijo que los carteles se encontraban en embarcaciones al menos 200 millas marítimas fuera del territorio de cada país para asegurar que la transacción se hiciera en aguas internacionales.
El testigo aseguró que entre 1991 y 1993 se importaron anualmente por barco entre 25 y 30 toneladas de coca.
Dijo que trabajó en la organización entre 1986 y 1998. Durante su testimonio explicó cómo funcionaba la organización y cuál era su relación con Guzmán, cuando los fiscales tratan de identificar el rol de “El Chapo” en el cartel.
Martínez confimó que habla inglés pero señaló que prefería declarar en español. Indicó que vino a Estados Unidos a estudiar para piloto en Texas, y allí recibió su licencia de vuelo.
Afirmó que su trabajo era traer la droga a Estados Unidos, que podía ser marihuana, cocaína o heroína. Destacó que trajo “muchas toneladas”, que llegaban a Los Angeles con “100% de garantía”. Dijo que aterrizaba en pistas clandestinas y que también traficaba con electrodomésticos, llevándolos a México.
Martínez declaró que además de traer la droga, se encargaba del dinero de la organización al punto que él se autodenomina el gerente del cartel.
Dijo también que él reportaba directamente a Guzmán, al que se identificaba además por otros apodos como “el rápido”, “el ingeniero”, “el arquitecto” y “el doctor”, y a quien rendía cuentas cada diciembre. Destacó que 55% de las ganancias de la droga eran para carteles colombianos (el cartel de Medellín o el de Cali), y el 45% para “El Chapo”.
La semana pasada, un agente de la DEA, entregó a la corte información sobre más de 1000 llamadas interceptadas a Martínez.
El expiloto del narcotráfico también aseguró que alrededor de 1987 se reunió dos o tres veces con un policía de la procuraduría de la república mexicana llamado Guillermo González Calderoni, fallecido en 2005, al cual dice entregó en cada oportunidad 10 millones de dólares, enviados por Guzman para que los dejara trabajar en el negocio de la droga.
La defensa trata de desestimar el testimonio del expiloto del cartel, diciendo que es un drogadicto que consumía hasta 4.000 dólares diarios en cocaína, por lo cual terminó su trabajo con la organización.
Martínez continuará su testimonio el martes.
Por solicitud de la fiscalía el juez ha decidido que el rostro del testigo no sea reseñado por los dibujantes de la corte.
Lavado de dinero
Durante la mañana, fue entrevistado un experto en lavado de dinero quien detalló la actividad delictiva de las organizaciones narcotraficantes. Según la ley de Estados Unidos todo monto superior a los 10.000 dólares en efectivo debe ser reportado.
El experto explicó que generalmente quienes lavan el dinero no son parte de las organizaciones de narcotráfico, presuntamente con la intención de que no tengan conocimiento de la procedencia del dinero. Un ejemplo, dijo, es la compra de bienes como la adquisición de camiones en Estados Unidos para llevarlos a vender a México sin dejar un registro bancario.
Otra forma de lavar dinero, indicó el experto, es a través de tarjetas prepagadas como Visa o MasterCard que parecen una tarjeta de crédito pero no tienen un nombre. Esas tarjetas se cargan con cantidades de 500 a 1.000 dólares para poderlas usar como si fuera efectivo.
Los lavadores de dinero establecen un procentaje de ganancia que puede ir del 10 al 20 %, explicó. Otra estrategia, dijo, es el uso del mercado negro para el cambio de divisas a fin de no dejar rastro de la transacción.
Por otro lado, Emma Coronel Aispuro, la esposa de "El Chapo", fue ordenada a pasar de nuevo por seguridad después que se evidenciara que llevaba consigo un celular dentro de la sala, donde los electrónicos están prohibidos.
Coronel Aispuro, que ha asistido a todos los días del proceso, es una ciudadana estadounidense nacida en Los Ángeles y fue exreina de belleza en 2007.