El gobernador de Connecticut, Dannel Malloy, firmó una ley que formalmente puso fin a la pena de muerte en ese estado del este de Estados Unidos.
Malloy firmó la ley en Hartford, la capital estatal, durante una ceremonia privada a la que asistieron activistas contra la pena de muerte, representantes del clero y miembros de víctimas de asesinatos. El gobernador emitió una declaración indicando que el momento era una ocasión para una reflexión seria, no para celebración.
La ley, que había sido aprobada anteriormente este mes por la legislatura de Connecticut, reemplaza la pena capital con una sentencia de cadena perpetua sin posibilidad de libertad bajo fianza.
El gobernador Malloy dijo que se opuso a la pena de muerte durante sus años como abogado de la fiscalía al ver que el sistema de justicia es muy imperfecto. A su vez, el funcionario indicó que deshacerse de la pena de muerte asegurará que no será impuesta injustamente.
La legislación no exime a los 11 prisioneros que actualmente están aguardando la ejecución.
Connecticut es el décimo séptimo estado de EE.UU. en abolir la pena de muerte.
Malloy firmó la ley en Hartford, la capital estatal, durante una ceremonia privada a la que asistieron activistas contra la pena de muerte, representantes del clero y miembros de víctimas de asesinatos. El gobernador emitió una declaración indicando que el momento era una ocasión para una reflexión seria, no para celebración.
La ley, que había sido aprobada anteriormente este mes por la legislatura de Connecticut, reemplaza la pena capital con una sentencia de cadena perpetua sin posibilidad de libertad bajo fianza.
El gobernador Malloy dijo que se opuso a la pena de muerte durante sus años como abogado de la fiscalía al ver que el sistema de justicia es muy imperfecto. A su vez, el funcionario indicó que deshacerse de la pena de muerte asegurará que no será impuesta injustamente.
La legislación no exime a los 11 prisioneros que actualmente están aguardando la ejecución.
Connecticut es el décimo séptimo estado de EE.UU. en abolir la pena de muerte.