Esta semana, la Asociación Americana de los Pulmones publicó su informe anual sobre el estado del aire en Estados Unidos que revelaba que la mitad de su población -unos 150 millones de personas- respiraba aire contaminado.
Una cifra que preocupa, hoy más que nunca, a la sociedad que está lidiando con los estragos del coronavirus en todo el mundo.
La doctora Juanita Mora, una de las autoras del estudio, alertó a la Voz de América que esos datos son “muy preocupantes” en tanto que, en un futuro cercano, se pueden ver más casos de personas con problemas de asma o cáncer de pulmón.
“Especialmente ahora que estamos peleando contra un virus respiratorio como el coronavirus, es importante pelear para que nuestro aire sea mucho más limpio”, explica Mora, una doctora afincada en la ciudad de Chicago (Illinois), al tiempo que recuerda que “mientras más limpio esté el aire, menos problemas y complicaciones tendremos”.
Top 10 con cinco ciudades californianas a la cabeza
En el ranking de las diez ciudades estadounidenses más contaminadas, las primeras cinco eran poblaciones de California (Bakersfield, Fresno-Madera-Hanford, Visalia, Los Ángeles-Long Beach, San José-San Francisco-Oakland).
Mora atribuye esos resultados a los incendios forestales ocurridos durante el 2018 y 2019, “lo que hace que California se vea con niveles mucho más altos”.
Los funcionarios de salud de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) han advertido que las personas de la tercera edad y los enfermos crónicos son los más vulnerables a sufrir las mortíferas consecuencias de la COVID-19.
Los trabajadores agrícolas, los más vulnerables
Mora considera que “las personas que trabajan la tierra” también se deberían incluir en ese grupo de riesgo, pues están expuestos continuamente a altos niveles de polución, que podría desencadenar en problemas de salud en el futuro.
“Son nuestros obreros, los que están recogiendo las fresas y los vegetales, los que están siendo afectados por las partículas (contaminantes)”, afirmó.
"Reglas más estrictas"
El 1 de de junio de 2017, el presidente Donald Trump anunció que Estados Unidos abandonaba el Acuerdo de París sobre cambio climático, un documento firmado por 195 países en diciembre de 2015 para hacer frente a los cambios medioambientales que ese estaban produciendo en el planeta a consecuencia del calentamiento global.
La Asociación Americana de los Pulmones aprovechó la difusión de este estudio para pedir al gobierno estadounidense “medidas más estrictas para prevenir la contaminación del aire”.
“Pedimos reglas especialmente en las plantas de carbón, de diésel, de todas esas compañías que están trabajando sin límites, que sean mucho más estrictos para que el aire que respiramos sea mucho más limpio para los niños y los adultos”, insistió la doctora Mora.
En ese sentido, consideró “esencial” la “pelea y la lucha por un aire más limpio” con el objetivo de conseguir “un futuro mejor para las futuras generaciones”.
“Siempre hacemos el llamado a la administración presidencial, sea quien sea el presidente, para que piense y trabaje con otros líderes del mundo para ayudar a limpiar nuestro ambiente y bajar el nivel de estas enfermedades”, comentó.
Otra de las consecuencias “positivas” para el medio ambiente ha sido el registro de una menor contaminación del aire. La gente se está quedando en casa, no está utilizando el transporte para sus desplazamientos y muchos servicios han sido cancelados.
“Si tenemos menos contaminación en el aire, hay menos riesgo de complicaciones pulmonares”, recalcó.
Casi 800 personas mueren al día por contaminación
Otro estudio recogido por esta misma asociación indicó que cada día mueren 747 personas en todo el mundo -el equivalente a un avión de gran tonelaje- por temas relacionados con la contaminación del aire.
“Es algo muy serio en lo que tenemos que pensar. Incluso las mujeres embarazadas han tenido bebés prematuros por esta razón, hay mayor riesgo de infertilidad, también hay más derrames cerebrales o ataques al corazón”, sostuvo.
La doctora Mora recomienda a la población “ver la calidad del aire que se reporta todos los días”. Si los niveles son más altos de lo habitual y una persona ya tiene problemas médicos preexistentes, lo mejor es quedarse en casa.
Pero, si por alguna razón, tienen que salir a la calle, la especialista médica pide que se “use una mascarilla para evitar la inhalación de partículas en el aire”.