Aunque todos estamos expuestos a caer en las garras de los hackers, lo mejor para resguardar nuestra seguridad es tener una contraseña bien creada y planificada.
Si usted vive en la calle Almendros y su casa es la número 104, no sería una buena idea utilizar la contraseña almendros104, ni ninguna variación similar.
También evite las fechas de cumpleaños, y desasóciese de los gustos personales, como colores, marcas y súper héroes preferidos.
La clave está en utilizar letras mayúsculas, minúsculas, un símbolo y números, dentro de una palabra o nombre.
Utilicemos la palabra indígena Calumet, por ejemplo. Es poco común y por lo tanto difícil de asociarla con usted. Luego la transformamos. Cambiamos la “a” por la arroba (@), la ele (l), por el número uno (1) y hagamos de la letra m una mayúscula (M), el resultado: c@1uMet podría ser una contraseña sencilla, pero segura.
Y antes que se me olvide, no guarde sus contraseñas en pequeños papeles, o correos electrónicos. Hay algunas aplicaciones que nos ayudan a mantener todas nuestras contraseñas muy bien resguardadas.