La planeada bienvenida al sargento Bowe Bergdahl en su pueblo natal de Hailey, Idaho ha sido suspendida por las amenazas recibidas consecuencia del debate que ha desatado su liberación a cambio de cinco comandantes talibanes.
El pueblo de apenas 8.000 habitantes fue inundado de mensajes de odio y llamadas de gente furiosa que consideran a Bergdahl como traidor. En vista de que miles de personas hubieran querido venir para manifestarse a favor o en contra del soldado, las autoridades municipales decidieron suspender la celebración. El pueblo sencillamente no tiene cómo enfrentar una avalancha de gente.
Bergdahl fue capturado por el talibán luego de salir de su base en Afganistán en circunstancias aún no explicadas. El sargento se encuentra actualmente en Alemania, hospitalizado, en condición estable pero recuperándose aún.
Mientras tanto, el miércoles, un día después de que el jefe de personal de la Casa Blanca, Denis McDonough, se reuniera en privado con los senadores demócratas, el Director Nacional de Inteligencia, James Clapper, respondió preguntas de los senadores en una audiencia de la Comisión de Inteligencia a puertas cerradas.
Clapper no habló con los periodistas tras la reunión, pero el senador Lindsey Graham, republicano por Carolina del Sur, emergió insatisfecho. Graham no cree la afirmación de la administración Obama de la decadente salud de Bergdahl que hizo urgente el intercambio de prisioneros.
“Hice preguntas sobre enfermedades potencialmente fatales. Nadie pudo decir que este hombre, el sargento Bergdahl, estaba en una situación potencialmente fatal o cerca de la muerte. También pregunté, en una escala de 1 a 10, que probabilidad existe que los militantes regresen al combate después de un año que pasen en Qatar. Vamos a ponerlo de esta manera, la respuesta fue muy alarmante. La probabilidad es grande”, dijo Graham.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, en cambio, argumentó que los soldados estadounidenses merecen ser rescatados de manos enemigas, sin importar las circunstancias de su captura.
“Hay preguntas en relación a la desaparición del sargento Bergdahl y si violó el código militar. Esos son asuntos que se resolverán en el Ejército de EEUU, no en el Capitolio. Y cualquiera sea el resultado de la investigación militar, no cambia el hecho de que un soldado estadounidense más está en casa seguro. ¿Cuál era la alternativa?”, dijo Reid.
El pueblo de apenas 8.000 habitantes fue inundado de mensajes de odio y llamadas de gente furiosa que consideran a Bergdahl como traidor. En vista de que miles de personas hubieran querido venir para manifestarse a favor o en contra del soldado, las autoridades municipales decidieron suspender la celebración. El pueblo sencillamente no tiene cómo enfrentar una avalancha de gente.
Bergdahl fue capturado por el talibán luego de salir de su base en Afganistán en circunstancias aún no explicadas. El sargento se encuentra actualmente en Alemania, hospitalizado, en condición estable pero recuperándose aún.
Mientras tanto, el miércoles, un día después de que el jefe de personal de la Casa Blanca, Denis McDonough, se reuniera en privado con los senadores demócratas, el Director Nacional de Inteligencia, James Clapper, respondió preguntas de los senadores en una audiencia de la Comisión de Inteligencia a puertas cerradas.
Clapper no habló con los periodistas tras la reunión, pero el senador Lindsey Graham, republicano por Carolina del Sur, emergió insatisfecho. Graham no cree la afirmación de la administración Obama de la decadente salud de Bergdahl que hizo urgente el intercambio de prisioneros.
“Hice preguntas sobre enfermedades potencialmente fatales. Nadie pudo decir que este hombre, el sargento Bergdahl, estaba en una situación potencialmente fatal o cerca de la muerte. También pregunté, en una escala de 1 a 10, que probabilidad existe que los militantes regresen al combate después de un año que pasen en Qatar. Vamos a ponerlo de esta manera, la respuesta fue muy alarmante. La probabilidad es grande”, dijo Graham.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, en cambio, argumentó que los soldados estadounidenses merecen ser rescatados de manos enemigas, sin importar las circunstancias de su captura.
“Hay preguntas en relación a la desaparición del sargento Bergdahl y si violó el código militar. Esos son asuntos que se resolverán en el Ejército de EEUU, no en el Capitolio. Y cualquiera sea el resultado de la investigación militar, no cambia el hecho de que un soldado estadounidense más está en casa seguro. ¿Cuál era la alternativa?”, dijo Reid.