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Clint Eastwood roba protagonismo


El actor Clint Eastwood habla a una silla vacía que simboliza al presidente Obama, durante la Convención Nacional Republicana.
El actor Clint Eastwood habla a una silla vacía que simboliza al presidente Obama, durante la Convención Nacional Republicana.

Con un monólogo punzante dirigido contra una silla vacía de un presidente Barack Obama imaginario, Eastwood bromeó contra el mandatario.

Se puede debatir si la presencia del veterano actor estadounidense Clint Eastwood en el escenario de la Convención Nacional Republicana se debió a la falta de argumentos en contra de Obama o por abundancia de los mismos.

Eastwood arrancó aplausos de los republicanos y robó protagonismo en la gran noche de la confirmación de Mitt Romney como candidato republicano a la presidencia de EE.UU.

Con un monólogo punzante dirigido contra la silla vacía de un presidente Barack Obama imaginario, Eastwood sintetizó en unas pocas bromas todo el mensaje de la alternativa republicana.

"El país es nuestro, los políticos son nuestros empleados", dejó claro el popular intérprete de "Harry el sucio". "Y cuando alguien no hace el trabajo, hay que echarlo", añadió.

La participación del actor había sido mantenida más o menos en secreto hasta anoche mismo, y no defraudó, a juzgar por la atención que le prestaron los medios estadounidenses y el impacto en las redes sociales.

Eastwood, de 82 años, apareció en el escenario al compás de la música de la película del Oeste “El bueno, el malo y el feo”.

"Recuerdo cuando Obama ganó la elección, hablaba de cambio. Recuerdo que pensé que no era un gran simpatizante", ironizó.

"Prometía cambio y esperanza, había velas, Oprah (Winfrey) lloraba", bromeó.
"Pero ahora lloro con fuerza por los 23 millones personas desempleadas", dijo dirigiéndose a la silla vacía, símbolo para los republicanos del liderazgo ausente de la Casa Blanca durante la etapa de Obama.

Los delegados exigieron a gritos que dijera su célebre frase de la película Harry el sucio, a lo que accedió al final de su intervención.

En la película, Harry Callahan, un violento detective de Los Angeles retaba pistola en mano a un criminal a que intentara alcanzar el revolver que había perdido y que disparara primero.

“Voy a empezar (la frase) y ustedes terminan”, les dijo Eastwood a los que gritaban en el Times Forum de Tampa,.

“Dale…” comenzó, “Alégrame el día” completó el público.
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