Corea del Norte advirtió el viernes que podría reactivar una política estatal encaminada a fortalecer su arsenal nuclear si Estados Unidos no levanta las sanciones económicas contra la hermética nación.
El comunicado del Ministerio de Exteriores norcoreano llegó en medio de una sensación de inquietud entre Washington y Seúl por el uso de sanciones y presión para que el Norte renuncie a su programa nuclear.
Pyongyang podría recuperar su política "pyongjin" que implica hacer avanzar simultáneamente su fuerza nuclear y su desarrollo económico si Estados Unidos no cambia su postura, explicó el comunicado.
El Norte no llegó a amenazar con abandonar las negociaciones con Estados Unidos, pero acusó a Washington de hacer descarrilar los compromisos alcanzados por el líder norcoreano, Kim Jong Un, y el presidente estadounidense, Donald Trump, en su cumbre de junio en Singapur.
Los dos líderes dijeron que trabajarían para una Península de Corea libre de armas nucleares, pero no describieron cómo y cuándo ocurriría.
En una entrevista con el conductor de Fox News Sean Hannity el viernes, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, dijo que la próxima semana tiene previsto hablar con su homólogo norcoreano, refiriéndose aparentemente al funcionario Kim Yong Chol. Pompeo no reveló el lugar ni la fecha del encuentro, que podría centrarse en convencer a Pyongyang para que dé pasos firmes hacia la desnuclearización y fijar una segunda cumbre entre Trump y Kim.
El comunicado norcoreano, publicado en nombre del director del instituto de Estudios Americanos de Exteriores, señaló que "la mejora de las relaciones y las sanciones son incompatibles".
"Estados Unidos cree que sus repetidas 'sanciones y presión' conducen a la 'desnuclearización'. No podemos evitar reírnos ante esa idea tan tonta", agregó la nota. El ministerio describió el final de las sanciones como la acción correspondiente a las "medidas proactivas y de buena voluntad" del Norte, en una aparente referencia a la suspensión unilateral de las pruebas nucleares y de misiles intercontinentales y al cierre de un sitio de pruebas nucleares.
Luego de una serie de provocadores ensayos nucleares el año pasado, Kim optó por la vía diplomática cuando se reunió con Trump entre las tres cumbres que celebró con el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, que cabildeó intensamente para revivir la diplomacia nuclear entre los países.
Sin embargo, desde el encuentro de Singapur el Norte insiste en que la Casa Blanca debe levantar las sanciones antes de que haya avances en las conversaciones nucleares, lo que alimenta las dudas sobre si Kim se deshará alguna vez de un arsenal que podría ser su mayor garantía de supervivencia.
El comunicado del viernes fue la primera vez que Pyongyang dijo que podría retomar sus ensayos armamentísticos y otras actividades de desarrollo desde que Kim anunció una nueva política estatal en abril.
"Pyongjin" significa "doble avance".
Moon describió el compromiso intercoreano como crucial para resolver el enfrentamiento nuclear. Un gran número de directivos de empresas surcoreanas viajaron con él a la capital norcoreana en septiembre, cuando se acordó normalizar las operaciones en un polígono industrial conjunto y reanudar las visitas de surcoreanos al Norte cuando sea posible.