Sin usar palabras como "destitución" o "renuncia", la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, expresó el martes su voluntad de dimitir de una manera ordenada, una vez que la Asamblea Nacional apruebe una medida exigiendo que lo haga.
“Voy a dejar mi futuro curso de acción, incluyendo el acortamiento de mi periodo presidencial, a la Asamblea Nacional, dijo Park durante un discurso arreglado a último momento para dirigirse a la nación.
También añadió lo que parecen ser unas vagas condiciones y una incierta hoja de ruta para su salida, al decir que ella “dejará la presidencia de acuerdo al procedimiento programado y legal” y de acuerdo con medidas a ser delineadas por los partidos oficial y de oposición para “minimizar el caos y el vacío en los asuntos del estado, y la estabilidad de la transferencia del poder”.
Los líderes de la oposición reaccionaron con escepticismo al discurso de la presidenta. Algunos sospechan que éste es una maniobra política para retrasar los esfuerzos que se han puesto en marcha para destituirla y para conseguir respaldo de su Partido Saenuri.
Choo Mi-ae, jefe del Partido Demócrata de Corea, indicó que la oferta de renuncia condicional de la presidenta, no alterará los planes de la oposición para introducir una moción conjunta de destitución esta semana que sería sometida a votación el viernes.
La popularidad de la presidenta Park, basada en una cuidada imagen de líder incorruptible, se ha desplomado luego de surgir alegatos de una escándalo multimillonario relacionado con su amiga y confidante Choi Soon-sil
