Casi 3,2 millones de personas solicitaron seguro por desempleo en Estados Unidos la semana pasada, en una señal de que las pérdidas de trabajos se están expandiendo a otros sectores de la economía en medio de la pandemia de COVID-19.
La nueva cifra anunciada este jueves por el gobierno se suma a los 30 millones de desempleados contabilizados anteriormente, y el total de 33,5 millones de personas que han solicitado el seguro por desempleo en las últimas siete semanas supera todos los récords históricos.
La cifra viene a ser uno de cada cinco trabajadores estadounidenses.
Para tener una idea de los estragos causados por el coronavirus en la fuerza laboral estadounidense, en febrero la tasa de desempleo fue de 3,5%, un mínimo en 50 años.
Los trabajadores que solicitan beneficios por desempleo regularmente reciben menos de la mitad de sus salarios normales, pero el gobierno ha incluido un suplemento adicional de 600 dólares semanales por los próximos cuatro meses.
El pico de estas reclamaciones tuvo lugar en marzo, cuando 6,9 millones de desempleados solicitaron los beneficios. Desde entonces, las nuevas solicitudes han ido disminuyendo, pero los números todavía son alarmantes.
Algunos expertos sugieren que el desempleo en Estados Unidos seguirá elevado a pesar del inicio de una reapertura de la economía en diferentes partes del país.
La mayoría de las empresas no esenciales permanecen cerradas y la urgencia de reactivar la economía se está imponiendo a las preocupaciones de que surja una segunda ola de infecciones de la COVID-19.
El viernes 8 de mayo el gobierno reportará la tasa de desempleo en abril y la Casa Blanca ha calculado que podría llegar al 20%, una cifra no vista en los 72 años de registros.
Un reporte del miércoles dijo que los empleadores recortaron 20,2 millones de empleos entre finales de marzo y principios de abril.