Tienen 100 muertos por la pandemia y hasta este lunes unos 3.122 pobladores de la comunidad de indios navajo en Arizona habían contraído el nuevo coronavirus, pero muchos se han recuperado ya, afortunadamente.
En un comunicado publicado el domingo, la Nación Navajo dijo alarmada que hubo dos muertes más en Window Rock, la capital de la peculiar concentración.
"Hemos perdido 100 vidas por este virus y ofrecemos nuestras condolencias a todas las familias que están de duelo y quiero que sepan que estamos trabajando para evitar esto", anunció el jefe de la tribu, Jonathan Nez en un aviso público.
El líder comunitario dijo que luego de algunos retrasos, las ayudas en alimentos, pruebas para detectar la enfermedad y otros recursos habían llegado a sus manos.
Esta es la población indígena más grande en Estados Unidos, cercana a los 300.000 miembros repartidos por los estados de Arizona, Utah, Nuevo México y Colorado.
Los navajos lucharon fuertemente contra los colonizadores españoles, pero en el siglo XIX fueron sometidos por las fuerzas armadas estadounidenses.
“Somos una gente fuerte”, dijeron varios médicos de esta comunidad que se ubican en la primera línea de protección, prevención y cura de la COVID-19, en un reportaje de este lunes publicado por la cadena CBS News.
La doctora Sophina Calderón creció en Tuba City, un área protegida del condado Coconino; es médico de familia y actualmente atiende el departamento de urgencias, a donde llegan los contagiados del día.
Calderón reveló que los primeros casos en la comunidad llegaron a inicios de marzo luego de una concentración de carácter religioso. Desde entonces, los números subieron y “todo cambió”, señala.
“Reutilizamos nuestra unidad de atención pediátrica para convertirla en nuestra sala de atención respiratoria. Tenemos 24 camas en esa unidad, pero nuestra escasez de personal y de enfermería afecta significativamente la cantidad que realmente podemos admitir y mantener aquí. Solo podemos llenar unas 15 camas”, lamenta.
El doctor Aaron Price creció en la Nación Navajo y hoy es jefe de medicina interna en el Centro Médico Tsehootsooi, en Fort Defiance, condado de Apache, también Arizona.
Price se refiere a cómo los pacientes enfrentan solos, sin la compañía de sus seres queridos, los estragos de la pandemia luego de pasar al estado de gravedad.
“En la mayoría de los casos, una vez que eso sucede, están básicamente solos y es muy probable que también mueran solos”, señala.
En el centro de cuidados de salud de Winslow Indian, Colorado, está la doctora Michelle Tom, que se crió entre curanderos de su tribu y por ello confiere tanta importancia a "los abrazos" y la compañía que familiares y seres queridos pueden darles a los pacientes. Eso ya no es así, dice buscando consuelo.
“La medicina que amo, y la de mis propias experiencias al crecer con los curanderos nativos americanos, era sobre la conexión, sobre el tacto, compartir un espacio cercano y ayudar a sanar. Ya no tenemos eso”, reveló, y apunta que ni siquiera los pacientes en estado grave pueden atender una llamada telefónica.