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Cortes para beber de agua, abanicos y hielo: la ola de calor de París obliga a modificar los Juegos


Vista general de los agentes de la Gendarmería fuera del estadio antes del partido entre Israel y Japón, en los Juegos Olímpicos de París, el 30 de julio de 2024.
Vista general de los agentes de la Gendarmería fuera del estadio antes del partido entre Israel y Japón, en los Juegos Olímpicos de París, el 30 de julio de 2024.

Los Juegos Olímpicos se desarrollan, en medio de una intensa ola de calor que azota París y a gran parte del país.

Los jugadores de tenis y fútbol pueden hacer pausas para beber agua, los corredores de BMX se sientan bajo paraguas entre carrera y carrera y los caballos son vigilados con cámaras térmicas mientras los Juegos Olímpicos se adaptan a la ola de calor que azota París y gran parte de Francia.

En el complejo de tenis de Roland Garros, en las afueras de París, la temperatura máxima era de 37 grados centígrados el martes. La Federación Internacional de Tenis concedió a los jugadores una pausa de 10 minutos entre el segundo y el tercer set de individuales, invocando un protocolo que mide el posible estrés térmico bajo la luz solar directa.

Los jugadores podrán usar la pausa para ducharse, cambiarse de ropa, comer, beber o ir al baño, pero no podrán recibir tratamiento médico ni hablar con su entrenador. Si el calor empeora, un panel que incluya al árbitro del torneo y a profesionales médicos podría decidir suspender el juego.

En el fútbol, con temperaturas superiores a 32 grados, hay pausas para refrescarse en ambos tiempos de un partido.

En las pruebas de BMX freestyle en la plaza de la Concordia, en el centro de París, los corredores permanecían bajo sombrillas, refrigerados por ventiladores eléctricos, y los entrenadores les aplicaban hielo.

Pero no sólo los atletas necesitan protegerse del intenso calor.

En Versalles, la Federación Ecuestre Internacional activó un plan especial para proteger a los caballos, dijo el veterinario jefe del organismo, vigilando a los animales con cámaras térmicas, enfriándolos si era necesario y comprobando los datos climáticos.

Algunos de los musculosos caballos de doma pesan hasta 750 kilos y necesitan unos 50 litros de agua al día sólo para sus funciones corporales básicas, dijo a Reuters el veterinario jefe de la FEI, Goran Akerstrom, quien afirmó que la hidratación era clave.

No obstante, hay deportistas a los que no le importa demasiado el calor. La corredora australiana de BMX Freestyle Natalya Diehm dijo tras clasificarse para la final: "Tenemos una ventaja como australianos sobre otros países dados los veranos que tenemos".

Los deportes en pista cubierta se enfrentaron a menos problemas. En el estadio Pierre Mauroy de Lille, en el norte de Francia, el aire acondicionado a toda máquina hizo que los jugadores de baloncesto no sintieran el calor.

Los espectadores también encontraron formas de sobrellevarlo.

"Me siento como en una sauna", dijo en Roland Garros Yamen Zang, un analista financiero chino de 31 años afincado en París. "Sabía que sería así, por eso me llevé un gorro, un abanico y todo lo necesario".

El británico Jack Draper, eliminado en segunda ronda, dijo que el calor fue duro y que las botellas de agua dejadas al lado de la pista no se mantenían frías.

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