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Costa Rica, Chile y Argentina a la cabeza de la acción climática en la región


Imagen de la planta de biodiesel Patagonia Bioenergia en San Lorenzo, Argentina. (Archivo)
Imagen de la planta de biodiesel Patagonia Bioenergia en San Lorenzo, Argentina. (Archivo)

Chile, Argentina y Costa Rica son los primeros países en América Latina y el Caribe en desarrollar planes de transparencia con base en el Acuerdo de París. A través de la iniciativa de ONU Medio Ambiente, los tres países decidieron avanzar con proyectos que facilitan la documentación y el acceso a información veraz, actualizada y útil sobre cambio climático en sus territorios.

Chile desarrolla una plataforma nacional y centralizada sobre información climática, mientras que Costa Rica trabaja en una unidad de planeamiento climático estratégico. Por su parte, Argentina desarrollará un sistema de inventario de gases de efecto invernadero.

Las iniciativas cuentan con el apoyo del Centro de Transparencia Climática (CTP), parte de la estrategia de ONU Medio Ambiente para fomentar la implementación del Acuerdo de París a nivel internacional. De acuerdo con el CTP, en América Latina y el Caribe se generan cerca del 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero a nivel global, pero también es una de las regiones del mundo con mayores oportunidades para descarbonizar su economía en las próximas décadas.

El Acuerdo de París: de la idea al papel

El Acuerdo de París es el primer pacto global para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, que contribuyen a aumentar la temperatura global. Un logro diplomático histórico, negociadores de 195 países se reunieron en la Conferencia del Clima del 2015 para buscar una solución que todos pudieran respaldar y que facilitara la coordinación del trabajo en conjunto. Siria y Nicaragua fueron los últimos en sumarse a este pacto.

Uno de los retos era buscar un documento apto para 195 países tan distintos, donde había economías fuertemente petroleras como Venezuela y Arabia Saudita, mientras otras corren el riesgo de desaparecer por completo por el alza en el nivel del mar, tales como la isla Tuvalu.

En principio, el acuerdo tiene dos grandes metas: mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero para detener el calentamiento global y buscar soluciones para adaptarnos a los impactos que ya estamos viviendo.

Por ello, el acuerdo promueve que cada país, independientemente de su nivel de desarrollo o su PIB, establezca metas para reducir las emisiones de dióxido de carbono para prevenir esos efectos.

Todos los países que lo firmaron y ratificaron, se comprometieron a presentar un plan individual sobre cómo trabajarían a nivel interno para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. También acordaron reunirse periódicamente para revisar el progreso de cada uno y recalcular las metas declaradas.

El presidente estadounidense Donald Trump (L) escucha al administrador de EPA Scott Pruitt después de anunciar su decisión de que Estados Unidos se retirará del Acuerdo Climático de París, en el Rose Garden de la Casa Blanca en Washington, EE. UU.
El presidente estadounidense Donald Trump (L) escucha al administrador de EPA Scott Pruitt después de anunciar su decisión de que Estados Unidos se retirará del Acuerdo Climático de París, en el Rose Garden de la Casa Blanca en Washington, EE. UU.

China y Estados Unidos: liderazgos opuestos frente al Acuerdo de París

Desde que se firmó el acuerdo, sólo Estados Unidos ha anunciado su deseo de retirarse. En agosto de 2017, el presidente Donald Trump dijo en una conferencia de prensa que consideraba dejar el acuerdo principalmente por las obligaciones financieras que requería de su país. Poco después el Departamento de Estado de los Estados Unidos presentó la primera notificación escrita de su intención de salir del protocolo medioambiental.

Mientras tanto, China prometió que descarbonizaría el 20% su industria energética para 2030. Ya ha hecho grandes inversiones en energía solar, eólica y nuclear para reducir su huella ambiental.

Estados Unidos genera cerca del 15% de las emisiones de carbono del mundo, pero también es una fuente significativa de financiamiento y de tecnología para países en vías de desarrollo que pertenecen al acuerdo.

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