El presidente de Cuba, general Raúl Castro, realizó nuevos cambios en su gabinete, esta vez en los ministerios de Informática y Comunicaciones, Construcción y Recursos Hidráulicos, en momentos en que reina gran incertidumbre sobre el futuro económico del país.
A cargo de la supervisión de esas ramas y además del sector de la Industria Básica, como vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, ha quedado el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés, de 78 años, miembro del Buró Político del Partido Comunista y uno de los “históricos” del gobierno cubano.
El nuevo ministro de Informática y Comunicaciones, puesto que antes ocupaba directamente Valdés, será el general de brigada Medardo Díaz Toledo, un ingeniero en comunicaciones de 48 años de edad, que anteriormente fue jefe de esa dirección en las fuerzas armadas.
El hasta ahora ministro de la Construcción, Fidel Figueroa de la Paz, fue destituido por “errores” cometidos en el desempeño de sus funciones, y lo reemplaza René Mesa Villafaña, un ingeniero civil de 52 años, que era el presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH).
Inés María Chapman Waugh, una ingeniera de 44 años e integrante del Consejo de Estado, fue nombrada como nueva presidenta del INRH, con categoría de ministra.
Los cambios confieren a Valdés el rango de "superministro" escargado de supervisar la ejecutoria y desarrollo de sectores sobre los que descansan muchos de los planes económicos estratégicos del país, sobre todo la Industria Básica, que abarca cuatro ramas: energía, geología, minería y química.
Muy cercano a Fidel Castro desde antes de los tiempos de la Sierra Maestra, Ramiro Valdés tuvo una participación directa en la creación de los servicios de inteligencia y la policía política cubanas. Durante varios años fue Ministro del Interior, y luego estuvo un tiempo separado de la cúpula de poder hasta 2006.
Valdés mantiene bajo su supervisión el importante sector de las Comunicaciones, que controla las conexiones de Internet, los servicios informáticos, la telefonía, y las transmisiones de radio y televisión.
Los cambios se anuncian en momentos en que el gobierno cubano trata de echar adelante un proceso de reajustes económicos, que incluyen la autorización con ciertos límites del trabajo por cuenta propia y despidos masivos que dejarán sin empleo a medio millón de trabajadores y funcionarios estatales antes de abril.
Los movimientos ministeriales se suman a la destitución el año pasado de los ministros de la Industria Básica y de Salud. Previamente, en 2009, Raúl Castro hizo una restructuración más amplia cuando sacó del gabinete a cuatro vicepresidentes y a ocho ministros.
Entre las destituciones más sonadas entonces estuvieron las del vicepresidente Carlos Lage y del canciller Felipe Pérez Roque, a quienes el ex presidente Fidel Castro calificó de “indignos” y acusó de "ambiciones de poder".
