Estados Unidos y Cuba inician este miércoles unas históricas conversaciones bilaterales en La Habana en un intento por normalizar las relaciones rotas desde 1961.
Las expectativas iniciales no son del todo halagüeñas. Un funcionario de la cancillería cubana dijo el martes que Cuba no está todavía lista para “normalizar” relaciones con Estados Unidos.
“El proceso de normalización es mucho más largo, mucho más profundo", dijo a periodistas.
De hecho, la primera jornada de conversaciones contempla solo la revisión semestral de los temas migratorios, los únicos que ambas partes tienen en vigor y que fueron firmados en 1994 y 1995.
Es hasta el jueves cuando las partes buscarán sentar las bases para la futura normalización de relaciones, incluyendo el establecimiento de embajadas y sedes consulares, número de funcionarios diplomáticos, y permisos para que estos se desplacen con libertad.
Cuba dijo que planteará la demanda de ser retirada de la lista de estados patrocinadores del terrorismo, un proceso que el Departamento de Estado asegura ya comenzó, pero que podría tomar unos seis meses. En todo caso, la cancillería cubana aclaró que la eliminación de la lista no es necesariamente “una condición” para nombrar embajadores.
A la cabeza de las delegaciones estarán dos mujeres: la secretaria de Estado Adjunta para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, y la directora general para Estados Unidos en la cancillería cubana, Josefina Vidal.
A Jacobson le acompaña Edward Alex Lee, el subsecretario adjunto de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado.
Estas serán las primeras conversaciones desde que los presidentes estadounidense Barack Obama y cubano Raúl Castro anunciaran el 17 de diciembre que restablecerían sus lazos y un canje de prisioneros que marcó un histórico cambio después de más de cinco décadas de hostilidades.
Los líderes republicanos en el Congreso se oponen a un rápido restablecimiento de relaciones si Raúl Castro sigue al frente de Cuba. Otros obstáculos son miles de millones de dólares en reclamos contra el gobierno cubano, y la oposición de muchos cubanos-estadounidenses.