La australiana Chloe McCardel abandonó su intento de nadar desde Cuba hasta Estados Unidos sin una jaula contra tiburones, después de sufrir la picadura de una
medusa la noche del miércoles.
McCardel se lanzó al mar, once hora antes para iniciar una travesía que hubiera podido convertirla en la primera persona en nadar los 170 kilómetros que separan a los dos países.
Sin embargo abandonó el intento debido a una "picadura severamente debilitante de medusa", dijo su equipo de apoyo en un comunicado.
"Chloe se encuentra ahora en una de las embarcaciones de apoyo que se dirige a Key West. Ella pasará las próximas 24 horas recuperándose antes de decidir sobre sus planes a futuro", dijo el comunicado.
McCardel estaba supuesta a cruzar el estrecho de Florida en unas 60 horas, para llegar a Key West en la noche de viernes.
Otros nadadores estadounidenses han intentado la proeza, sin alcanzar los objetivos. Sólo la también australiana, Susie Maroney, logró nadar en 1997 el mismo tramo, pero utilizando una jaula de protección contra tiburones, una de las mayores amenazas del estrecho.
Parte del objetivo de esta nadadora australiana es fomentar el desarrollo y la investigación sobre el cáncer, además de unir simbólicamente a Cuba y Estados Unidos, quienes no poseen relaciones diplomáticas desde 1959.
medusa la noche del miércoles.
McCardel se lanzó al mar, once hora antes para iniciar una travesía que hubiera podido convertirla en la primera persona en nadar los 170 kilómetros que separan a los dos países.
Sin embargo abandonó el intento debido a una "picadura severamente debilitante de medusa", dijo su equipo de apoyo en un comunicado.
"Chloe se encuentra ahora en una de las embarcaciones de apoyo que se dirige a Key West. Ella pasará las próximas 24 horas recuperándose antes de decidir sobre sus planes a futuro", dijo el comunicado.
McCardel estaba supuesta a cruzar el estrecho de Florida en unas 60 horas, para llegar a Key West en la noche de viernes.
Otros nadadores estadounidenses han intentado la proeza, sin alcanzar los objetivos. Sólo la también australiana, Susie Maroney, logró nadar en 1997 el mismo tramo, pero utilizando una jaula de protección contra tiburones, una de las mayores amenazas del estrecho.
Parte del objetivo de esta nadadora australiana es fomentar el desarrollo y la investigación sobre el cáncer, además de unir simbólicamente a Cuba y Estados Unidos, quienes no poseen relaciones diplomáticas desde 1959.