El gobierno cubano extendió el periodo de duelo por la muerte de Fidel Castro hasta comienzos de 2017, alegando que no son tiempos "para mostrar alegría en las calles" y llama a tener un fin de año "marcado por el homenaje al líder indiscutible de la Revolución".
Entre los festejos en espacios abiertos que se han suspendido están las parrandas remedianas, trochas, carnavales, pipas de cerveza e incluso las celebraciones del Día del Maestro, el 22 de diciembre, que se conmemorará con "lectura de algunos compromisos, pero nada de cake ni baile", dijo al diario digital 14 y medio, una maestra auxiliar en una escuela primaria de la Isla.
El diario oficial cubano 5 de Septiembre informa que "se retoman las programaciones habituales en los centros nocturnos...sin excesos. con moderación y cordura".
"No habrá este año grandes bailables públicos", se indica, pero habrá ferias populares y agropecuarias el 24, 29 y 30. En los restaurantes habrá oferta de cenas para llevar, y no se limita el expendio de bebidas alcohólicas en tiendas y establecimientos, señala la información.
"El llanto y la tristeza no terminan de un día para otro", indica el diario, señalando que "existirá espacio para el disfrute, quizás uno moderado y distinto, porque el pueblo está muy sensibilizado por el momento".
La respuesta del público ha sido variada, algunos dicen que les da lo mismo porque los productos en los carnavales son de baja calidad y muy caros y hay demasiada aglomeración de gente.
Otros, dicen que es un abuso, consideran que el gobierno no debe decidir por el pueblo si está triste o no por la muerte de Fidel, y otros más han decidido celebrar "más que sea en el patio de sus casas".
Dentro de todas las restricciones de la temporada no están incluidas las celebraciones de fechas históricas como el aniversario 58 de la Revolución, el desembarco del Granma y una nueva reedición de la Caravana de la Libertad, las cuales se realizarán como todos los años.
