La apertura del gobierno estadounidense a Cuba ha dado a las compañías de EE.UU. la esperanza de poder hacer negocios en la isla pese a la continuación del embargo contra la nación de gobierno comunista.
Las grandes empresas están alineándose para cruzar el estrecho de la Florida en busca de ganancias, aunque los expertos alertan a tener cautela.
Carl Meacham, del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales, un centro de estudios en Washington, DC, dice que "lo más importante este momento son las transacciones financieras, las transacciones comerciales, ahora que los inversionistas van a ver esta opción como menos riesgosa que en el pasado, porque Cuba ya no es visto como un país que tiene relaciones con estados terroristas o entidades terroristas".
Solo el Congreso puede eliminar el embargo de más de 50 años que impide a las compañías estadounidenses hacer negocios con Cuba, excepto por la exportación de alimentos y otros bienes para ayudar al pueblo cubano.
Sin embargo, aliviar las restricciones de viaje, como hizo el presidente Barack Obama en enero, ha invitado a los estadounidenses a visitar Cuba y a las compañías de viajes como Jet Blue y Airbnb a posicionarse para el nuevo mercado, como dice Antonio Martínez, de la organización Gotham Government Relations.
“Las empresas están emocionadas porque es un mercado de 11 millones de personas…y que están a punto de recibir 3 millones de visitantes, y cuando el embargo y las otras restricciones sean levantadas y las cosas se normalicen…probablemente tendrán un volumen de turismo cercano a los 6 millones de personas…”, afirma.
Compañías financieras como Master Card y American Express ya han expresado su interés. Pero, Martínez alerta que el proceso va a ser lento y que Cuba estará a cargo.
“Tenemos que recordar que aunque todo el mundo quiere hacer negocios en Cuba, Cuba no quiere hacer negocios con todo el mundo. Ellos están en una posición única, donde van a escoger y elegir con quien quieren trabajar”, advierte Martínez.
Aunque las relaciones normales aún son solo hipotéticas, un mayor comercio agrícola se prevé en el horizonte, y con sus vastas necesidades de infraestructura, los analistas afirman que el desarrollo de las telecomunicaciones en Cuba, también será un gran mercado.