Ha comenzado la cuenta regresiva para la visita del presidente Barack Obama a Cuba el domingo 20 de marzo, la primera de un mandatario estadounidense en ejercicio en casi 90 años.
Como todo acontecimiento histórico, cuenta con defensores y detractores. Quienes están a favor sostienen que las medidas tomadas por el gobierno del presidente Obama tienen como objeto generar cambios importantes a corto, mediano y largo plazo en la isla antillana.
Quienes se oponen consideran que la decisión del Jefe de Estado le da visos de legitimidad a un régimen comunista, violador de los Derechos Humanos.
No obstante, la mayor parte de los analistas coincide en que, hasta ahora, la política que Estados Unidos mantuvo hacia Cuba durante casi seis décadas ha sido un completo fracaso. Hoy, señalan los entendidos, la apuesta es otra y ojalá que genere resultados positivos.
En la Casa Blanca, el vocero Josh Earnest, reiteró que Obama se reunirá con disidentes, que serán determinados por el gobierno de Estados Unidos.
“No me sorprendería que pueda haber personas en esa lista que el gobierno cubano preferiría que no estuvieran allí, y desconozco si ellos han manifestado esas preocupaciones. Lo que puedo ratificarles es que el presidente Obama va a seguir adelante y será el anfitrión de ese encuentro, y conversará sobre Derechos Humanos con la gente con la que él escoja reunirse”, dijo Earnest.
Según el vocero, el gobierno de EE.UU. está intentando un "nuevo enfoque" que contempla que el presidente Obama aborde su avión Air Force One, vuele a La Habana y se siente con el líder de la isla y le diga usted necesita hacer un mejor trabajo en la protección de los Derechos Humanos de su pueblo.
"Él va a pronunciar un discurso al pueblo cubano, que será transmitido a todo el país, de acuerdo con el gobierno de Cuba, en el cual defenderá el respeto a los Derechos Humanos”, dijo el vocero de la Casa Blanca.
Josh Earnest destacó que es una prioridad que se ha expresado al gobierno de Cuba, los fugitivos de la justicia estadounidense que se han refugiado en la isla.
"Estamos procurando su regreso", dijo y señaló que ya ha habido un diálogo entre los dos países sobre asuntos policiales, con el fin de que estos fugitivos sean devueltos y presentados ante la justicia estadounidense.