Que te digan que tienes cerebro de pájaro podría ser no tan insultante como se cree, pues algunos de nuestros amigos emplumados tienen una capacidad que no tenemos los humanos.
Los científicos aseguran que un pajarito conocido como curruca de ala dorada que anida en Tennessee pudo huir del lugar dos días antes que una fuerte tormenta desatara 84 tornados en el sur de Estados Unidos en abril pasado.
La manera en que lo hizo fue captando las frecuencias de sonidos por debajo del rango del oído humano.
Las tormentas mataron a 35 personas, destruyeron casas y derribaron árboles, pero las currucas escaparon ilesas a 1.500 kilómetros del lugar, habiendo llegado a Florida y Cuba.
Esto sugiere que los pájaros pueden detectar las tormentas a grandes distancias. “Suponemos que detectan infrasonidos de los tornados que estaban ocurriendo cuando la tormenta todavía estaba lejos”, dice el biólogo David Andersen, del Servicio Geológico de Estados Unidos.
La huida de los pájaros fue captada durante un estudio sobre los patrones migratorias de las currucas, mediante el uso de transmisores que ayudaban a seguir el desplazamiento de las aves.
Las currucas pasan el invierno en Centro y Sudamérica, pero migran de regreso a las montañas Apalaches para procrear.