Uruguay perdió con la frente en alto. Y así lo hicieron sentir los residentes de Montevideo, que salieron a las calles a alentar a su equipo. “¡Vamo’ Uruguay, dale nomás!”, eran los gritos que se escuchaban por la céntrica avenida 18 de Julio apenas terminó el partido.
Personas envueltas en la bandera nacional, con globos celestes, vuvuzelas y pelucas no se dejaron vencer por el desánimo. La frase en boca de todos era que la selección dio lo mejor de sí, y los jugadores serán recibidos como héroes tras competir por el tercer puesto el sábado.
Algunos no pudieron evitar las lágrimas. José Luis Alemán, encargado de hacer las pizzas en el bar El Gaucho, ni siquiera pudo dar una declaración. Consultado por voanoticias.com sobre cómo se sentía, dijo, con ojos llorosos, que prefería estar solo en ese momento.
Alemán fue todo un personaje durante la odisea uruguaya: lo filmaron y entrevistaron para varios medios, ya que le daba color al bar con sus declaraciones eufóricas. Siempre con un gorro de la celeste en la cabeza y un pañuelo atado al cuello que decía “gracias, uruguayos”, dijo en otras oportunidades que estaba emocionado de que la selección llegara tan lejos.
El bar El Gaucho, apodado como “el bar del Mundial”, era un hervidero de gente durante el partido. Todos los mozos tenían las caras pintadas con la bandera uruguaya. Había pancartas y decoración alusiva al Mundial. Las personas aplaudían y gritaban como nunca.
Era el lugar perfecto para celebrar una eventual victoria de la celeste. Pero también lo fue para asumir la derrota. Cuando terminó el partido, lo primero que hicieron los que estaban allí fue pararse y aplaudir. Con la frente en alto.