La victoria del equipo. El triunfo de la planificación.
Los Mavericks de Dallas derrotaron en la quinta final de la NBA al Heat de Miami y por primera vez desde que comenzó la serie tomaron el liderazgo para ponerse 3 a 2 al frente tras la victoria por 112 a 103.
Ahora deberán regresar a Miami para los dos encuentros finales.
Sin embargo, esta vez la victoria de los locales fue consistente, incontestable.
Dominaron el partido casi que de principio a fin, liderando el marcador y lo cerraron de una forma decisiva. Sin embargo los factores, además del tradicional y decisivo aporte de Nowitzki, fueron los jugadores del perímetro, el puertorriqueño José Juan "JJ" Barea, Jason Terry y Jason Kidd.
Miami volvió a decepcionar. Y LeBron James volvió a fallar, una vez desapareció en el último cuarto donde no marcó ni un sólo punto y perdió dos pelotas.
La temprana lesión de Dwayne Wade tras recibir una falta de Brian Cardinal redujo el aporte de la principal arma ofensiva del Heat. LeBron James juugó algo mejor, pero todavía lejos de su condición de jugador decisivo y fallando una vez más los lanzamientos importantes.
Aún así, el equipo del sur de la Florida tuvo sus oportunidades. Incluso a 4 minutos del final logró ponerse al frente con una tarea ofensiva sorprendente de Adonis Haslem, recibió una y otra vez habilitaciones cerca del cesto para convertir.
Pero James falló dos lanzamientos de tres puntos sin ninguna marca, y del otro lado Terry y Kidd acertaron sus lanzamientos para sellar la victoria y poner a los Mavs a una victoria de su primer campeonato de la NBA en su historia.