La carrera artística de María Brea se ha caracterizado por una cosa: hacer historia.
La soprano ha marcado varios hitos al convertirse en la primera venezolana en cantar en importantes escenarios de ópera del mundo. En 2022, Brea fue finalista en el Concurso de la Ópera de París, donde cantó en el renombrado Palais Garnier.
Un año más tarde se convirtió en la primera soprano y solista venezolana que cantó con la Filarmónica de Boston. Ese mismo año fue la primera soprano venezolana que participó en Operalia, el principal concurso de la ópera del mundo.
“He sido la primera en muchos lugares, por supuesto que antes de mí hubo grandes sopranos de Venezuela, pero nosotros no salíamos y no éramos tantos en el exterior cantando como es ahora. Yo fui una de las primeras de mi generación en irme de Venezuela y abrirme un camino, he representado a Venezuela en las competencias de ópera más importantes del mundo: entre ellas la de la BBC, la competencia de la ópera de París, siendo la primera venezolana en representar a Venezuela en esta competencia”, explicó la artista en entrevista para la Voz de América.
Al largo historial de reconocimientos que acumula la soprano hay que agregar el Premio Especial Mejor Zarzuela en el Concurso Tenor Viñas de España, que ganó en 2020; su primer lugar en el Distrito de la Ópera Metropolitana de Filadelfia en 2022 y el segundo premio en el Concurso Vocal Ópera Cultura 2019.
“La música me salvó”, dijo. “Crecí con una familia de músicos donde todos los hermanos de mi papá tocan, los hermanos de mi mamá también, además de mi madre que tiene una voz preciosa”.
Su éxito no ha sido obra de la casualidad, es resultado de su arduo trabajo desde que era pequeña.
Brea contó a la VOA que a los 11 años de edad decidió que quería ser soprano y comenzó a prepararse. “La música clásica me habló a mí. Yo elegí volverme cantante de ópera a los 11 años porque mi papá me trajo unos discos y eso me hizo descubrir que era lo que yo quería para mí”, recordó.
La venezolana se formó en la Escuela Superior de Música José Ángel Lamas, en Caracas. Durante sus años de preparación, contó con el respaldo de personas claves, además de sus familiares. Entre ellas Francis Poleo, quien fue su profesora y la primera soprano a la que Brea oyó en vivo, además del profesor Javier Sansón. En el año 2011, la soprano venezolana fue seleccionada para asistir a la Manhattan School Music, en Nueva York, con una beca que cubría 70 % de la matrícula.
Logró asistir y recaudar el dinero restante para mantenerse en la ciudad y cuatro años más tarde, en 2015, se graduó. Después estudió en la Juilliard School Music, uno de los conservatorios de artes más importantes del mundo, gracias a una beca que cubrió todos sus gastos.
“Actualmente también tengo maestros muy grandes, entre ellos un cubano llamado Mani Pérez. He tenido mucha gente que me ha apoyado y ha estado ahí para mí. Una mentora y gran inspiración para mí es una soprano venezolana llamada Ana Lucrecia García, ella ha sido una gran inspiración, es una persona en la que yo confío”, agrega.
Toda su preparación académica y el respaldo de sus mentores le han ayudado a romper barreras y dejar el nombre de su país en alto, algo que también agradece a la música, pues asegura que le salvó la vida y le abrió las puertas para tener mejores oportunidades.
“La música es vida, la música salvó mi vida y la cambió. Viniendo de un barrio en Venezuela (Frailes de Catia, en Caracas), donde no teníamos nada, hasta ahora poder salir, tener a mis hijos y poder proveer”, menciona.
María Brea describe ser soprano como “una bendición”.“No fue algo que no elegí porque el tipo de voz que uno tiene no lo puede elegir, uno nace con eso, con esa extensión de registro. Entonces yo creo que es una bendición ser soprano”.
Un Grammy Latino, una de sus metas
Aunque en sus años de carrera ha logrado grandes reconocimientos como soprano, Brea sueña y tiene en mente muchas otras metas profesionales que espera cumplir. Entre ellas ganar un Grammy Latino con su música.
También confiesa que ha desarrollado una pasión por enseñar a otros, por lo que espera en un futuro poder coordinar ambas pasiones: el canto y la docencia. “Aún no he encontrado el lugar exacto para eso, que es la línea entre trabajar como cantante y trabajar como maestra.
“Me apasiona mucho enseñar, he estado de invitada en universidades. Tengo varias estudiantes que formo a nivel particular”, detalla. La venezolana también trabaja en el lanzamiento de dos discos de música clásica entre este año y el próximo y espera tener más presentaciones en Europa, pues actualmente la mayoría de su trabajo se centra entre Estados Unidos y Canadá.
“El cielo es el límite y hay que seguir adelante, descubriendo y poder incorporar a mis hijos en mi vida musical lo más posible en la medida en la que vayan creciendo”, agrega.
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