La designación de Marco Rubio como secretario de Estado por el reelegido presidente Donald Trump podría marcar un cambio en la relación bilateral entre Colombia y Estados Unidos, debido a la relación conflictiva entre el mandatario Gustavo Petro y quien estará a cargo de la política exterior estadounidense.
El senador por Florida ha criticado abiertamente a Petro, lo que genera interrogantes sobre el futuro de las políticas exteriores entre ambos países. La Voz de América consultó a expertos al respecto.
Ideológicamente, Petro y Rubio, al igual que Trump, están en aceras diferentes. Ello ha traído duros cruces de opiniones entre ambos en el pasado sobre temas como la validación -o no, en el caso del líder colombiano- de Israel en su ofensiva contra Hamás en Gaza y naciones vecinas.
El senador republicano lo llamó “Gustavo Chávez” en mayo, comparándolo con el difunto expresidente socialista venezolano Hugo Chávez.
A través de sus redes sociales, Rubio ha dicho que Petro, quien suspendió relaciones con Israel denunciando un presunto “genocidio” de los palestinos, es “partidario de Hamás”.
El presidente colombiano, por su lado, ha considerado que Rubio es “expresión de los sectores más retardatarios de la política estadounidense” y lo ha acusado de ayudar a “construir una política exterior violenta” en los Estados Unidos.
Enrique Serrano, analista político internacional y profesor de la Universidad del Rosario en Bogotá, explicó que hay "muchas áreas" donde volverá a ser protagónica América Latina, Colombia incluida.
"Por supuesto, habrá posiciones con Marco Rubio que cuestionarán seriamente las medidas tomadas y que seguirá tomando el presidente Petro”, valoró.
Los expertos señalan que temas como la política de drogas y la migración a través del Tapón del Darién, que conecta a Colombia con Panamá, podrían derivar en tensiones diplomáticas, especialmente si se imponen condiciones más estrictas para la cooperación bilateral.
“Probablemente, habrá advertencias sobre cómo manejar asuntos relacionados con la droga, la frontera con Panamá y la migración en general”, apuntó Serrano.
“Son muchos frentes en los que a Estados Unidos le interesa que Colombia participe de forma más contundente y seguramente Marco Rubio se lo exigirá al gobierno de Petro, primero de manera cordial y luego después quizá de un modo más enérgico”, agregó.
Drogas y Venezuela, temas clave
Nicolás Beckman, profesor de estudios globales de la Universidad de Los Andes de Bogotá, sostuvo que sobre la política antidrogas es posible que Rubio siente su postura en cuanto al trabajo de erradicación forzada y la aspersión con glifosato.
“Petro siempre ha dicho no a la erradicación forzada, porque sostiene que es una guerra contra los campesinos y se ha centrado en la incautación y la guerra contra organizaciones que organizan el tráfico de drogas”, dijo Beckman.
“Recordemos que, en el pasado, la administración de Trump tuvo choques con el gobierno de Duque frente al tema de la droga y lo más probable es que haya choques muy fuertes con este gobierno por el aumento de estos cultivos”, precisó.
Otro punto crucial será Venezuela. Rubio ha defendido históricamente las sanciones económicas contra el gobierno de Nicolás Maduro y ha apoyado a la oposición venezolana. Esto contrasta con el enfoque de Petro, quien ha abogado por el diálogo entre Nicolás Maduro y la oposición del país vecino.
“Es posible que ahora, con Rubio, Estados Unidos quiera que Colombia adopte una postura más firme, como una condena abierta al gobierno de Maduro”, destacó Serrano.
Beckman, profesor de la Universidad de Los Andes, advirtió que estas diferencias podrían complicar cualquier intento de mediación de Colombia en los asuntos internos de Venezuela.
“La postura de Petro ha sido bastante pragmática sobre Venezuela, ha intentado el diálogo para encontrar una salida a la crisis pero eso no ha ocurrido y Petro lo sabe, sin embargo habrá que esperar hasta enero cuando Maduro asuma su nuevo mandato y Trump tome posesión” afirmó.
Pese a los posibles choques, Beckman también consideró que ambas partes podrían mantener un enfoque diplomático.
“Dependerá de la estrategia que adopten. Si ambos países optan por fortalecer los niveles de cooperación existentes, podría haber avances significativos en la relación bilateral”, concluyó.
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