Desde las alturas de las llanuras de Nazca, en Perú, se aprecian unas gigantescas figuras con las imágenes de lo que, sin lugar a duda, son figuras de animales, seres humanos y plantas, así como figuras geométricas similares a líneas, triángulos y espirales.
Se popularizaron en todo el mundo y atrajeron a miles de turistas. Los primeros registros de las líneas fueron elaborados por el antropólogo estadounidense Alfred Kroeber y el arqueólogo peruano Toribio Mejía Xesspe en la década de 1920.
En un principio se pensaba que esos dibujos tenían que ver con un calendario astronómico. Pero después, el historiador estadounidense Paul Kosok y la investigadora alemana María Reiche, en 1946, empezaron a indagar el origen de estas enigmáticas líneas y determinaron que esos dibujos pertenecían a la cultura Nazca, que se había asentado en el lugar entre los años 700 a.C. y 200 d.C.
Casi un siglo después de que se supiera de la existencia de estas líneas, un equipo de arqueólogos y antropólogos de la Universidad Yamagata de Japón ha descubierto 168 geoglifos en la pampa de Nazca, a unos 350 kilómetros de Lima, la capital del país.
Masato Sakai, el responsable de la investigación, antropólogo y profesor de la Universidad de Yamagata, explicaba durante una entrevista con la Voz de América que “no podía imaginar que podría encontrar nuevas figuras después de que la investigadora María Reiche hubiera dedicado casi 50 años de su vida a investigar aquí”.
“Cuando inicié el trabajo no pensaba que podría encontrar nuevas figuras, porque ya se tenía la constancia de más de 30 figuras de animales o humanos en las Pampas de Nazca”, relataba desde la ciudad japonesa de Yamagata.
Comenzó a interesarse en 1994
Su interés por Nazca empezó en 1994, cuando era un estudiante de posgrado. Trató de empezar a averiguar más detalles sobre el terreno, pero la situación era muy complicada porque la tecnología no estaba tan avanzada como ahora.
“No podíamos tener una buena calidad de la imagen a través del satélite”, recuerda. Así que regresó a Japón y empezó a trabajar en la universidad.
Diez años después, en 2004, una revisión de las imágenes de satélite tomadas en las Pampas de Nazca reveló que había una serie de geoglifos que no aparecían en el mapa de su distribución elaborado por el Gobierno peruano para su inclusión en la Lista del Patrimonio Cultural Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
“Me di cuenta de que había muchas líneas que no analizaron para la presentación ante la UNESCO. Así que en 2004 ya entendí que había mucho trabajo en las pampas1 de Nazca: revisé las fotos satelitales y descubrí unas figuras nuevas con forma de animal y unas líneas, que eran trapezoides y otras formas geométricas”, comentaba.
Un arduo trabajo de investigación previa
Así inició un arduo trabajo de recolección de datos y de análisis para conocer más en profundidad sobre lo que había visto a partir de una fotografía satelital y que, hasta el momento, nadie se había percatado de ello en los detalles. Era consciente de que “existía la posibilidad” de descubrir nuevos geoglifos en Nazca. Y así ha sido.
En 2010, con la esperanza de que “había la posibilidad de encontrar algo nuevo”, empezaron el trabajo de campo. Durante diez años rastrearon “más de mil líneas y más de 12.000 tiestos cerámicos” en las llanuras peruanas.
Para este estudio, recorrieron las Pampas de Nazca y hasta ahora se han encontrado un total de 356 figuras nuevas de animales, humanos y otros de la época prehispánica. El investigador cree que esas figuras se realizaron entre los años 100 a.C. y el 300 d.C.
De ellos, 168 han sido descubiertos recientemente gracias a la introducción de los drones.
“Aún pueden aparecer nuevas figuras”
Sakai admite que aún falta muchísimo trabajo por delante ya que el territorio de Nazca “es enorme, con una extensión de unos 300 kilómetros cuadrados” y una buena parte aún ni siquiera se ha investigado, por lo que podrían aparecer nuevas figuras en un futuro.
Por eso, la Universidad de Yamagata ha cerrado un acuerdo con la compañía estadounidense IBM para que, a través de un sistema de Inteligencia Artificial, “aprenda el patrón de los datos de las figuras que ya conocemos” y así “se pueda saber dónde existen más”.
De esas 168 figuras que han descubierto el equipo de la universidad japonesa, los tamaños son diversos. “Muchas veces se pueden ver estas figuras caminando sobre el terreno. Las hicieron los humanos y para hacerlo tenían que saber qué forma tenían, aunque, en realidad, algunas sí que eran grandiosas”, detallaba el profesor Sakai.
¿Qué formas tienen las nuevas figuras de Nazca?
A partir de la ubicación de las partes del cuerpo de los animales que se dibujan, los arqueólogos pudieron entender qué formas tenían las figuras que crearon los antepasados de la cultura Nazca en este lugar. “La gente las hacía con la intención de que se pudieran ver desde arriba, aunque en realidad no se necesitan ver desde arriba” porque desde el terreno también se pueden apreciar, decía el profesor en declaraciones a la VOA.
Los investigadores encontraron varias figuras en forma de relieve, con dibujos pequeños, de entre 5 a 20 metros. Pero también vieron otros dibujados con líneas en forma de ave y orcas. Estos geoglifos gigantescos, según cuenta el profesor Sakai, tenían el objetivo de convertirse “en un tipo de plaza para hacer ceremonias, por eso necesitaban espacio”. “En cambio, las figuras chiquitas, las dejaron en pendientes o al lado de caminos antiguos, que servían para indicar la visita de sitios sagrados”, contaba.
¿Qué significado tienen las figuras de las pampas de Nazca?
Como antropólogo, Sakai también tenía mucha curiosidad “en las otras maneras de pensar que tenían los humanos”, especialmente en la cultura inca, que no utilizaba letras para comunicarse. “Quería saber cómo podían manejar la sociedad, ese era mi interés, y cómo a través de los geoglifos podían demostrar su autoridad, su importancia o el orden”, decía poniendo como ejemplo la ciudad de Cuzco que “tenía forma de puma” obedeciendo a las directrices de la cultura inca.
Nazca no es el único lugar del mundo donde han aparecido geoglifos de este tipo. “También los hay en el desierto de Atacama, en Chile, en el suroeste de Estados Unidos, en Inglaterra, en Japón…”, agregaba al respecto.
Apoyo en la zona de Nazca
Su plan pasa por seguir investigando en las Pampas. De hecho, la Universidad de Yamagata ha establecido en ese lugar el Instituto Nazca tras la compra de un edificio y varios terrenos para desarrollar esta actividad en el terreno y, sobre todo, proteger las figuras que han aparecido.
Es muy probable que se destruyan algunos geoglifos. Por ejemplo, hay 77 figuras de animales o humanos en la zona de Aja, cerca de la ciudad de Nazca, que podrían ser destruidas por las actividades de desarrollo y construcción.
“Quiero mejorar esas zonas porque todavía estamos en el proceso (de investigación). Estamos cuidando las figuras en peligro, y para eso también estamos trabajando con IBM y el Ministerio de Cultura de Perú”, concluía Masato Sakai.
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