El repentino despido de James Comey como director del FBI desató inmediatamente los temores entre legisladores y analistas de que la investigación sobre los vínculos entre la campaña de Donald Trump y Rusia se venga abajo ahora que el presidente puede escoger a un nuevo director de esa agencia investigadora.
La pesquisa no estaba a cargo solo del FBI —tres comisiones del Congreso también participan— pero era Comey, como director de la agencia, quien dirigía la compleja investigación de contrainteligencia que ha perseguido al nuevo gobierno desde el día que asumió el puesto.
El jefe directo de Comey, el secretario de Justicia Jeff Sessions, se recusó del caso en marzo luego de revelarse que él fue uno de los allegados a Trump que habló con el embajador ruso en Estados Unidos y no lo mencionó en su audiencia de confirmación; fue Sessions quien recomendó el despido de Comey.
La investigación ha quedado ahora en manos del fiscal general adjunto, Rod J. Rosenstein, autor del documento de tres páginas con el que se justificó el despido de Comey.
La Casa BLanca indicó el martes que ya está buscando a un nuevo director de esa agencia policial. Y la persona que Trump nombre probablemente tendrá un enorme impacto en la forma en que avance la pesquisa y en si el público aceptará su desenlace.
Un nuevo director elegido por Trump podría decidir abandonar la investigación completamente, o no efectuarla con tanta dedicación como lo ha hecho Comey. Además podría no cooperar completamente con las pesquisas del Congreso, que se apoyan en información que les proporciona el FBI.
Pero dadas las preocupaciones de los legisladores de ambos partidos en torno al despido de Comey, es improbable que pronto asuma el puesto un director permanente.
Timothy Flanigan, ex secretario de Justicia adjunto en el gobierno de George W. Bush, dijo que desde su punto de vista “no parece que, si las investigaciones ya se están llevando a cabo, probablemente continúen”. Indicó que los directores interinos del FBI tienen capacidades limitadas para hacer descarrilar una pesquisa que ya esté en curso.
Sin embargo, los demócratas hicieron presión de inmediato para asegurarse de que las pruebas reunidas hasta ahora se conservan.
En una misiva al FBI y el Departamento de Justicia, seis demócratas del Comité de Justicia de la Cámara de Representantes pidieron a las agencias que preserven todos los documentos relacionados con la pesquisa y con el despido de Comey.
Esto es necesario para “proteger la integridad” de la investigación, indicaron los demócratas.
Trump dijo que su decisión de despedir a Comey no tiene nada que ver con Rusia. Pero el carácter efectista del despido del máximo responsable de fuerzas de la ley en el país no ocultaba el impacto de destituir a un director independiente del FBI que dirigía una investigación con posibles consecuencias negativas.
“Me preocupan el momento y el razonamiento para el despido del director Comey”, dijo el senador Richard Burr, republicano por Carolina del Norte, en una de las reacciones más duras entre las filas republicanas. Como presidente del Comité de Inteligencia del Senado, Burr dirige una de las tres pesquisas del congreso y ha estado en contacto habitual con Comey.
Pero varios agentes del FBI dijeron que a pesar del golpe que ha significado el despido de Comey, hay esperanza de que la investigación sobre la intervención rusa continúe. “Quisiera pensar que los buenos hombres y mujeres que trabajan en eso continuarán haciendo lo mismo”, dijo uno de ellos.