Ariel Castro, dueño de la casa de Cleveland donde fueron encontradas tres mujeres desaparecidas fue llevado el jueves ante el juez, quien le impuso una fianza de $2 millones de dólares por cada uno de los tres cargos de asalto sexual y otros $2 millones por secuestro.
Un fiscal señaló que también acusaría a Castro de asesinato por los supuestos abortos forzados que le practicó a Michelle Knight, una de las secuestradas.
Según las autoridades la víctima contó que Castro le practicó al menos cinco abortos de manera intencional, privándola de comida y golpeándola en el abdomen.
"Tengo la intención de buscar cargos por todos y cada uno de los actos de violencia sexual, violación, cada día de secuestro, cada agresión criminal, y cada acto de asesinato agravado por embarazos terminados que perpetró el delincuente", afirmó el fiscal del condado de Cuyahoga, Timothy McGinty.
Durante su primera comparecencia ante el juez Castro escuchó sus derechos y los cargos que enfrenta de manera pasiva, mirando al piso todo el tiempo y sin pronunciar palabra.
Ariel, de ser encontrado culpable, encara la cadena perpetua porque en Ohio el delito de asesinato agravado incluye la terminación ilegal de un embarazo y es un delito capital. .
Los abogados del acusado reconocieron que el portorriqueño no tiene el dinero para pagar la fianza por lo que continuará encarcelado.
Hermanos quedan libres
Los hermanos de Castro, Onil, de 50 años, y Pedro Castro, de 54, capturados simultáneamente por sospechas de encubrimiento y presentados ante el juez antes que Ariel, solo enfrentan cargos menores por uso de drogas no relacionados con los secuestros, por lo que salieron en libertad.
La indignación del púlico contra Ariel Castro, quien durante el momento de la desaparición de Amanda Berry, ayudó a buscar a la hija desaparecida de una amiga distribuyendo volantes con la foto de la menor y tocó música en un acto de recaudación de fondos en su nombre, ha ido en incremento a medida que se conocen más detalles sobre el cautiverio.
Por su parte la madre de Castro declaró a un medio de televisión estar muy sorprendida y apenada por los terribles actos de sus hijos, quien dijo "está enfermo" y pidió perdón a las víctimas y sus familiares.
De igual manera, cuando la familia y amigos de Gina DeJesús, una de las mujeres que mantenía cautiva en su casa, celebraron una vigilia el mes pasado para recordar los nueve años desde su desaparición, uno de los que acudió fue Castro, dijo un vecino.
"Vino a una vigilia y actuó como si nada fuera mal", dijo Anthony Quirós, de 24 años, que vivía junto a la casa de Castro.
Familia, amigos y vecinos se mostraron sorprendidos cuando la policía rescató el lunes a las tres mujeres –Amanda Berry, de 27 años; Michelle Knight, de 32; y DeJesús, de 23—encerradas en la casa de Castro y encontró a una niña de seis años que la policía cree que nació en cautividad. Las tres mujeres, que hoy tienen 32, 27 y 23 años, desaparecieron entre 2002 y 2004.
Un hijo de Ariel Castro, Anthony Castro, dijo en una entrevista con el diario Daily Mail de Londres que habla con su padre apenas unas pocas veces al año y que rara vez lo veía en su casa. Dijo que en su última visita, hace dos semanas, su padre no lo dejó entrar.
"La casa siempre estaba cerrada", dijo. "Había lugares a los que nunca podíamos ir. Había cerrojos en las puertas al sótano, cerrojos en el ático, cerrojos en el garaje".
Muchos pensaban que Castro vivía solo, aunque en su descanso para comer llevaba a casa suficientes bolsas de comida rápida y bebidas para varias personas.
Un fiscal señaló que también acusaría a Castro de asesinato por los supuestos abortos forzados que le practicó a Michelle Knight, una de las secuestradas.
Según las autoridades la víctima contó que Castro le practicó al menos cinco abortos de manera intencional, privándola de comida y golpeándola en el abdomen.
"Tengo la intención de buscar cargos por todos y cada uno de los actos de violencia sexual, violación, cada día de secuestro, cada agresión criminal, y cada acto de asesinato agravado por embarazos terminados que perpetró el delincuente", afirmó el fiscal del condado de Cuyahoga, Timothy McGinty.
Durante su primera comparecencia ante el juez Castro escuchó sus derechos y los cargos que enfrenta de manera pasiva, mirando al piso todo el tiempo y sin pronunciar palabra.
Ariel, de ser encontrado culpable, encara la cadena perpetua porque en Ohio el delito de asesinato agravado incluye la terminación ilegal de un embarazo y es un delito capital. .
Los abogados del acusado reconocieron que el portorriqueño no tiene el dinero para pagar la fianza por lo que continuará encarcelado.
Hermanos quedan libres
Los hermanos de Castro, Onil, de 50 años, y Pedro Castro, de 54, capturados simultáneamente por sospechas de encubrimiento y presentados ante el juez antes que Ariel, solo enfrentan cargos menores por uso de drogas no relacionados con los secuestros, por lo que salieron en libertad.
La indignación del púlico contra Ariel Castro, quien durante el momento de la desaparición de Amanda Berry, ayudó a buscar a la hija desaparecida de una amiga distribuyendo volantes con la foto de la menor y tocó música en un acto de recaudación de fondos en su nombre, ha ido en incremento a medida que se conocen más detalles sobre el cautiverio.
Por su parte la madre de Castro declaró a un medio de televisión estar muy sorprendida y apenada por los terribles actos de sus hijos, quien dijo "está enfermo" y pidió perdón a las víctimas y sus familiares.
De igual manera, cuando la familia y amigos de Gina DeJesús, una de las mujeres que mantenía cautiva en su casa, celebraron una vigilia el mes pasado para recordar los nueve años desde su desaparición, uno de los que acudió fue Castro, dijo un vecino.
"Vino a una vigilia y actuó como si nada fuera mal", dijo Anthony Quirós, de 24 años, que vivía junto a la casa de Castro.
Familia, amigos y vecinos se mostraron sorprendidos cuando la policía rescató el lunes a las tres mujeres –Amanda Berry, de 27 años; Michelle Knight, de 32; y DeJesús, de 23—encerradas en la casa de Castro y encontró a una niña de seis años que la policía cree que nació en cautividad. Las tres mujeres, que hoy tienen 32, 27 y 23 años, desaparecieron entre 2002 y 2004.
Un hijo de Ariel Castro, Anthony Castro, dijo en una entrevista con el diario Daily Mail de Londres que habla con su padre apenas unas pocas veces al año y que rara vez lo veía en su casa. Dijo que en su última visita, hace dos semanas, su padre no lo dejó entrar.
"La casa siempre estaba cerrada", dijo. "Había lugares a los que nunca podíamos ir. Había cerrojos en las puertas al sótano, cerrojos en el ático, cerrojos en el garaje".
Muchos pensaban que Castro vivía solo, aunque en su descanso para comer llevaba a casa suficientes bolsas de comida rápida y bebidas para varias personas.
