"En esta década, la democracia y la gobernabilidad en los países del hemisferio han tenido avances y algunos retrocesos. El sistema democrático se ha continuado fortaleciendo, pero persisten las desigualdades sociales y de género que limitan el potencial de desarrollo, la paz y la gobernabilidad en la región”, declaró la Organización de los Estados Americanos (OEA).
América Latina ha recalcado en numerosas ocasiones la necesidad de una democracia que asegure la justicia y el bienestar para todos, eliminando las discriminaciones raciales o de género, si bien la OEA reconoce una falta de “mayor y más profunda reflexión y presencia de la ciudadanía de las mujeres y de la paridad en la representación política, para poder responder al 52% de la población que son las mujeres en la región”.
Esta jornada coincide con la celebración del décimo aniversario de la Carta Democrática Interamericana.
“Debemos reflexionar sobre la urgencia de acelerar la eliminación de las desigualdades de género en el ámbito político y lograr el ejercicio de una ciudadanía sustantiva de las mujeres en nuestras democracias”, expresa la OEA en su declaración.
La elección de las Presidentas de Argentina, Brasil y Costa Rica y de la Primera Ministra de Trinidad y Tobago, han marcado un hito en la historia de la democracia del hemisferio. Sin embargo, sólo son cuatro mandatarias entre treinta y cinco Jefes de Estado o de Gobierno, mientras que las parlamentarias representan el 22.7% de los legisladores, y sólo en once países hay leyes de cuota exigibles a pesar de que hay muchas mujeres en los partidos políticos, y quedan relegadas de los puestos de liderazgo.
Diez años de Carta Democrática
La Carta Democrática Interamericana establece en su artículo 28: “Los Estados promoverán la plena e igualitaria participación de la mujer en las estructuras políticas de sus respectivos países como elemento fundamental de la promoción y ejercicio de la cultura democrática”.
Para ello, la Comisión Interamericana de Mujeres ha lanzado un diálogo político sobre las implicaciones del ejercicio de una ciudadanía plena de las mujeres para el sistema democrático y los desafíos del Estado y las instituciones democráticas de cara a garantizar y proteger sus derechos humanos.
El diálogo comenzará con un foro de alto nivel político a realizarse en Washington del 4 al 6 de abril de 2011, y tiene como objetivo colocar las voces de las mujeres, sus visiones y sus derechos en el centro de la reforma política, de los procesos de democratización y modernización del Estado.