Con motivo del Día Mundial contra la Tuberculosis que se conmemora el viernes, 24 de marzo, la Organización Mundial de la Salud, advierte que la batalla para terminar con la epidemia mundial de tuberculosis no será ganada a menos que se ponga fin al estigma, la discriminación y la marginalización de los pacientes.
Se ha logrado progreso hacia lograr la Meta de Desarrollo Sostenible de la ONU de poner fin a la epidemia de tuberculosis para 2030. La Organización Mundial de la Salud reporta que 49 millones de vidas se han salvado desde 2000. Sin embargo, queda mucho por hacer.
Datos del 2015 muestran que más de 10,4 millones de personas se enfermaron y un millón 800.000 murieron de tuberculosis, con la mayoría de los casos y fatalidades en los países en desarrollo.
Ernesto Jaramillo, funcionario médico de la OMS, dice que la gente vulnerable, tales como los migrantes, prisioneros, minorías étnicas, mujeres marginalizadas y niños son los más propensos a sufrir abuso, negligencia y rechazo, lo que impide que busquen tratamiento para la tuberculosis.
“Tener nuevas herramientas para el diagnóstico y tratamientos para la tuberculosis no es suficiente si no hay estándares claros que aseguren que la gente vulnerable pueda tener acceso en cuestión de prioridad a esas herramientas en una forma en que la estrategia para el fin de la tuberculosis pueda servir realmente el interés no solo de los individuos, sino los intereses de la salud pública en general”, dijo Jaramillo.
El director del programa mundial contra la tuberculosis de la OMS, Mario Raviglioni, dijo a la Voz de América, que ningún país, rico o pobre, es inmune de tener tuberculosis y advirtió pacientes marginalizados con tuberculosis es un peligro.
“No se puede eliminar una enfermedad como la tuberculosis pensando que en construir paredes o aislando un país. La tuberculosis es una enfermedad de transmisión por el aire. Entonces, si tienes un Boeing 747 que sale de Malawi esta noche y viene a Suiza mañana de mañana y ya está. Entonces tiene que ser enfrentada con una perspectiva global”.
Los nuevos lineamientos éticos de la OMS incluyen superar barreras de estigma, discriminación y marginalización de la gente con tuberculosis. La agencia dice que proteger los derechos humanos de los afectados salvará muchas vidas y hará posible poner fin a esa plaga mundial.