El estado de las infraestructuras de Haití, con el aeropuerto de Puerto Príncipe colapsado y las carreteras bloqueadas, entorpece la distribución de ayuda humanitaria que llega de distintas partes del mundo para unos tres millones de haitianos, golpeados como nunca antes por el terremoto que devastó una buena parte de la isla caribeña.
El gobierno del presidente Barack Obama fue uno de los primeros en pronunciarse luego del terremoto de 7 grados en la escala de Richter que azotó la empobrecida nación haitiana, el pasado martes.
No obstante, el simple hecho de llegar hasta Haití es el primer reto que enfrentan las misiones de ayuda.
El portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Charles Luoma Overstreet, explicó a la Voz de América que las condiciones del aeropuerto en Haití, no son las más favorables.
“Ese aeropuerto es bastante chiquito, así que tiene sus limitaciones logísticas bastante fuertes. Hay solamente una pista no hay mucho lugar para estacionar los aviones”, dijo el funcionario.
Mónica Muchajer, portavoz de la Cruz Roja Internacional, concuerda con el número de dificultades a las que se refiere Overstreet, pero asegura que nada debe detener el trabajo.
“Estamos tratando de enfocar nuestros esfuerzos proveyendo suministros básicos como son agua y alimentos. La misión no es fácil, ha tenido bastantes dificultades sobre todo por la infraestructura en Haití, hemos tenido que llegar primero a República Dominicana y luego trasladarnos por tierra hasta Haití, pero seguiremos trabajando intensamente”, le explicó Muchajer a la Voz de América.
A pesar del gran número de pérdidas humanas de la Organización de las Naciones Unidas en Haití, en donde por el momento hay confirmados 38 muertos y 180 más desaparecidos, la entidad asegura que se está trabajando desde el primer minuto luego de la catástrofe.
“Son días difíciles para todos y para la familia de las naciones unidas en particular ya que miles de funcionarios entre militares y civiles de las Naciones Unidas se encontraba en uno de los hoteles de Haití que quedó completamente destruido”, dijo el funcionario de la ONU, Carlos Montero, a la Voz de América, y agregó que “algunos de nuestras personas, que sobrevivieron han tomado la dirección de las operaciones de la ONU desde el primer minuto”.
Las 72 horas desde que ocurrió el sismo, período que se considera crítico para recuperar a las víctimas con vida, ya han sido cumplidas, por lo que ahora la única esperanza es de encontrar milagros.