La insistente afirmación del exmandatario estadounidense y candidato presidencial republicano Donald Trump de que Venezuela es más segura que Estados Unidos es una “media verdad” con trasfondos electorales, según especialistas en el país suramericano.
Trump, que fue presidente de EEUU entre 2016 y 2020 y aspira a volver al cargo en la elección del próximo 5 de noviembre, ha insistido en que la tasa de criminalidad venezolana no sólo se ha reducido, sino que es incluso mejor que la de Estados Unidos.
El líder del Partido Republicano, principal contrincante de la vicepresidenta demócrata Kamala Harris en la carrera por la Casa Blanca, ha acusado al gobierno de Nicolás Maduro de presuntamente enviar a criminales hacia territorio estadounidense.
En septiembre, durante su único debate televisado con Harris, Trump atacó a la candidata demócrata por las políticas migratorias de la administración de Joe Biden y dijo que Estados Unidos terminaría siendo “Venezuela en esteroides”.
En julio, como en varios mítines posteriores, Trump dijo que el crimen en Venezuela ha disminuido en 72 % y que varias de sus ciudades, como su capital, Caracas, son más seguras que varias locaciones del país estadounidense.
Sus dichos no calzan perfectamente en una situación de criminalidad que es compleja y multifactorial, de acuerdo con informes y expertos en políticas públicas, justicia y derechos humanos consultados por la Voz de América.
Opacidad oficial, evolución del crimen
En una inusual revelación de funcionarios del gobierno madurista sobre la criminalidad, el entonces ministro del Interior Remigio Ceballos afirmó en marzo pasado que la delincuencia había caído en 23 % durante el primer trimestre del año, en comparación con el mismo período de 2023.
Sin embargo, parte de la dificultad para comprender los niveles de inseguridad en Venezuela es justamente que no hay “data dura” oficial desde hace una década, de acuerdo con el profesor e investigador de la Universidad Católica, Andrés Bello Carlos Lusverti.
“No se publican cifras oficiales en la materia y eso deja a las organizaciones que trabajan estos temas un poco de manos atadas y levantando data a través de modelos estadísticos, pero es una información de una ONG, no es una data oficial”, afirmó a la VOA.
Según Lusverti, existe una “decisión política” del gobierno de no publicar cifras sobre asuntos que puedan percibirse negativamente.
El Observatorio Venezolano contra la Violencia, una organización no gubernamental que procesa datos obre violencia interpersonal en el país desde 2005, registró en su último informe una disminución de 25 % en las muertes violentas, que incluyen homicidios por delincuencia, fallecidos durante intervenciones policiales y decesos aún en investigación.
Según sus reportes, hubo al menos 6.973 muertes violentas en 2023, mientras que en 2021 y 2022 hubo 9.447 y 9.367, respectivamente. En 2023, hubo un promedio de 581 fallecidos por muertes violentas por mes, 134 por semana y 19 cada día, de acuerdo con su investigación.
El Observatorio observó “una importante reducción” del 8,5 % en la cantidad de muertes violentas por cada 100.000 habitantes (26,8), después de ajustar la tasa a una población estimada de 26 millones de personas.
La reducción de casos de inseguridad se debe a múltiples factores como la migración, subraya Lusverti, pero además menciona asuntos como la censura estatal sobre las líneas editoriales de la prensa, la ausencia de cifras oficiales, el temor de represalias por hablar de asuntos críticos, y la crisis económica, que “afecta la posibilidad de la delincuencia de desarrollarse”.
Cerca de 8 de 30 millones de venezolanos han emigrado, la mayoría durante la última década, por lo que muchos analistas, investigadores y centros de estudio del país suelen contextualizar sus evaluaciones en ese contexto.
Otro motivo es el incremento de lo que llama “el monopolio de la violencia”, refiriéndose al ascenso de la delincuencia organizada y su control sobre el crimen “espontáneo”, apunta Lusverti, experto en derechos humanos.
“Es falso lo que dice el expresidente”, valora el sociólogo y doctor en procesos políticos contemporáneos Juan Manuel Trak, por su parte.
A su entender, Trump echa mano de “la falsificación de la realidad” ante la ausencia de transparencia en las políticas del Estado e información pública auditable en Venezuela para sus propósitos de campaña.
“Hay un aprovechamiento de esta ausencia de información verificable en Venezuela para hacer propaganda política e instrumentalizar con fines partidistas y electorales lo que ocurre en el país”, asegura. Trump “usa la mentira” sobre Venezuela para agitar la polarización” en EEUU, estima.
Dudas, especulación e interés electoral
Sin embargo, algunas ciudades venezolanas destacan entre rankings independientes de las ciudades más peligrosas e inseguras del mundo.
En agosto, la publicación Forbes aseguró que Caracas, la capital de Venezuela, era la ciudad más amenazante para los turistas, tomando en cuenta factores como crimen, seguridad personal, acceso a la salud, infraestructura, capacidad de respuesta a desastres naturales y seguridad digital.
En enero, Caracas apareció como la tercera ciudad con más homicidios por cada 100.000 habitantes en la clasificación de World Population Review, sólo superada por las mexicanas Tijuana y Acapulco. El ranking también incluyó a las venezolanas Barquisimeto, Maturín y Valencia.
Numbeo, una base digital de datos sobre países, ubica a Caracas como la tercera ciudad más insegura del mundo, detrás de las sudafricanas Pietermaritzburg y Pretoria.
Laura Louza Scognamiglio, abogada y directora general de la ONG venezolana Acceso a la Justicia, descarta de plano que Venezuela sea un país más seguro que Estados Unidos.
“Las cifras (de inseguridad) siguen siendo altas” en Venezuela, comenta a la VOA. “Han bajado, pero desgraciadamente las razones no son una política estatal eficiente”, acota.
Louza Scognamiglio, autora de publicaciones sobre justicia, derecho y democracia, asegura que parte de la delincuencia no sólo migró más allá de las fronteras nacionales, sino además de rubro: “se organizó en bandas, le interesan más el narcotráfico y la minería ilegal”.
La impunidad también abona el “florecimiento” de la criminalidad, remarca.
Las afirmaciones de Trump sobre los niveles de seguridad en Venezuela y Estados Unidos pueden catalogarse como “una media verdad, una media mentira” propia de la campaña electoral, opina el politólogo venezolano Nicmer Evans, especializado en psicología social.
Coincide en que la criminalidad venezolana ha disminuido por varios factores, como la depreciación económica nacional y la migración de parte de la delincuencia interna.
Evans, también profesor universitario, considera “difícil” poder decir que hay mejores condiciones de seguridad en Venezuela que en Estados Unidos sin caminar sobre terrenos de “dudas y especulación”, en el marco de la retórica de candidaturas electorales.
“No hay estudios comparativos que puedan convalidar esta afirmación del candidato. Tratar de atribuir el aumento de la criminalidad en Estados Unidos a la migración venezolana puede ser desproporcionado”, advierte.
A su juicio, los afirmaciones de Trump forman parte de “una escalada electoral” que busca favorecer los sentimientos “antiinmigración” de parte de la sociedad estadounidense, criticando las políticas de la vicepresidenta y candidata demócrata Kamala Harris.
“Pone en el tapete a Venezuela en cuanto a la campaña en Estados Unidos, porque es un interés mundial producto de la migración, la crisis política y el fraude electoral del 28 de julio”, dijo en referencia a los controvertidos resultados de la pasada votación presidencial, que oficialmente ganó Maduro y que han sido rebatidos por sus opositores.
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