El departamento de Seguridad del Territorio Nacional de Estados Unidos aprobó en forma transitoria las solicitudes de asilo de los nueve inmigrantes indocumentados mexicanos, que estaban detenidos en Arizona, después que intentarán a Estados Unidos como forma de protesta contra las deportaciones ordenadas por el gobierno del presidente Barack Obama.
Todos los detenidos vivieron en diferentes momentos en Estados Unidos, algunos fueron deportados, otros regresaron en forma voluntaria, pero al menos tres de ellos decidieron salir del país para realizar la protesta.
La intención de los inmigrantes de regresar a Estados Unidos y ser detenidos, era llamar la atención sobre la problemática que enfrentan los jóvenes indocumentados que crecieron en Estados Unidos, un movimiento conocido como “Dreamers”, así como seguir denunciando la ineficiencia del sistema inmigratorio del país.
Pese a que no es común que el gobierno de Estados Unidos apruebe solicitudes de asilo a ciudadanos mexicanos, en principio fue atendido su planteo de un temor creíble de ser perseguidos si tienen que regresar a México.
Ahora será un juez de inmigración quien tendrá que decidir si pueden permanecer en Estados Unidos, pero el fallo podría tardar años. La semana pasada un grupo de 33 congresistas en la Cámara de Representantes habían pedido la libertad de los detenidos.
Entre tanto, los asesores legales de los inmigrantes esperan que sean liberados del centro de detención Eloy en Arizona, donde están detenidos desde el pasado 22 de julio, e incluso podrían ser elegibles a obtener un permiso de trabajo en el futuro.
Los nueve activistas reúnen las condiciones para ser tenidos en cuenta por el programa de acción diferida del gobierno de Estados Unidos, que fuera emitido por decreto del presidente Obama en 2012.
Todos los detenidos vivieron en diferentes momentos en Estados Unidos, algunos fueron deportados, otros regresaron en forma voluntaria, pero al menos tres de ellos decidieron salir del país para realizar la protesta.
La intención de los inmigrantes de regresar a Estados Unidos y ser detenidos, era llamar la atención sobre la problemática que enfrentan los jóvenes indocumentados que crecieron en Estados Unidos, un movimiento conocido como “Dreamers”, así como seguir denunciando la ineficiencia del sistema inmigratorio del país.
Pese a que no es común que el gobierno de Estados Unidos apruebe solicitudes de asilo a ciudadanos mexicanos, en principio fue atendido su planteo de un temor creíble de ser perseguidos si tienen que regresar a México.
Ahora será un juez de inmigración quien tendrá que decidir si pueden permanecer en Estados Unidos, pero el fallo podría tardar años. La semana pasada un grupo de 33 congresistas en la Cámara de Representantes habían pedido la libertad de los detenidos.
Entre tanto, los asesores legales de los inmigrantes esperan que sean liberados del centro de detención Eloy en Arizona, donde están detenidos desde el pasado 22 de julio, e incluso podrían ser elegibles a obtener un permiso de trabajo en el futuro.
Los nueve activistas reúnen las condiciones para ser tenidos en cuenta por el programa de acción diferida del gobierno de Estados Unidos, que fuera emitido por decreto del presidente Obama en 2012.
