El ejército y la policía de Ecuador custodian una cárcel de alta seguridad en la ciudad costera de Guayaquil donde un ataque con drones destruyó el lunes los techos de algunas celdas.
En el Centro de Privación de Libertad Zonal 8 están recluidos dos de los líderes del grupo narco delictivo Los Choneros, José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, y Junior Alexander Roldán Paredes, alias JR.
Después del ataque, el director del Servicio de Rehabilitación Social (SNAI), Fausto Cobo, puso en alerta al sistema de seguridad por considerar que se trató de un conflicto entre bandas de narcotráfico internacionales.
“Un ajuste de cuentas entre estas bandas y los carteles”, dijo.
Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad describió el ataque en un mensaje de Twitter.
Según las primeras investigaciones, el cartel mexicano Nueva Generación quería eliminar a Fito y JR, quienes trabajan para el cartel de Sinaloa.
La dirección Nacional de Aviación Civil tiene un reglamento en el que se obliga a los dueños de drones a registrarlos y no pueden ser operados en zonas de interés para la seguridad del Estado.
“El cartel de Sinaloa tiene una estructura muy fuerte en el país”, declaró el exjefe de inteligencia militar y seguridad Mario Pazmiño.
El cartel de Sinaloa opera en 51 países, entre ellos Ecuador, penetrando sectores clave como la construcción, turismo y financieras con 3.700 empresas privadas. Según el analista Fernando Carrión, también opera en otros sectores.
“Tiene una presencia en el sector público, en el ámbito de la justicia”.
Para el experto en seguridad Luis de Guzmán, Ecuador es un país preferido por los carteles de la droga.
“Se ha vuelto muy atractivo para la logística y el tránsito del estupefaciente”, señaló.
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