Una enfermera que dio negativo por el virus de ébola tras sometérsele a cuarentena en un hospital de Newark criticó la forma en que fue tratada al volver a Estados Unidos desde África Occidental.
En un relato en primera persona publicado por un periódico de Dallas, la enfermera Kaci Hickox narró lo que ocurrió al aterrizar en el Aeropuerto Internacional Newark Liberty poco después del mediodía del 24 de octubre.
Hickox dijo que cuatro horas después de aterrizar, su temperatura registró 101 grados F (38,3 C) cuando fue tomada con un termómetro.
La lectura superior a lo normal, dijo, era porque ella estaba molesta y su rostro reflejaba la ansiedad de haber sido detenida sin razón más que haber estado en África.
Cuando su temperatura se tomó más tarde con un termómetro oral en el Hospital Universitario de Newark, registró 98,6 grados F normales (37 C), dijo Hickox al periódico.
La enfermera añadió que durante las seis horas que pasó en el aeropuerto, se le dio sólo un barra de granola y fue interrogada por una procesión de personas, algunas que se identificaron y otras no.
"Nadie me decía lo que estaba pasando o lo que iba a pasarme”, agregó.
Hickox fue la primera persona en caer bajo la cuarentena obligatoria de 21 días anunciada la tarde del viernes por el gobernador Andrew M. Cuomo de Nueva York y el gobernador Chris Christie de Nueva Jersey.
La nueva política de cuarentena de los estados, a la que se añadió Illinois recientemente, va más allá de las recomendaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), que aboga por un aislamiento voluntario.
El CDC, sin embargo, dijo que los estados tenían el derecho de imponer una política de este tipo.
“La medida presenta serios cuestionamientos a las libertades civiles", dijo Norman Siegel, un abogado de libertades civiles en Nueva York.
La medida fue implementada por los gobernadores después que un médico que atendió a enfermos en Guinea resultara positivo por ébola en Nueva York.