La Casa Blanca reconoció que la Constitución no da poderes al presidente Barack Obama para obligar a los estados a regirse por una sola norma nacional que establezca la forma en que se deben aislar a los potenciales pacientes de ébola.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, (CDC) emitieron el lunes nuevas guías en el combate contra la propagación del virus del ébola que distinguen entre los individuos con “alto riesgo” de contraer la enfermedad, los trabajadores de la salud sin ningún síntoma, lo que han tenido contacto con algún enfermo y los que no tienen riesgos significativos.
Los CDC tratan de balancear las quejas, por un lado, que las cuarentenas obligatorias como las anunciadas el fin de semana en Nueva York y Nueva Jersey son draconianas y científicamente sin sentido, con las de los ansiosos ciudadanos que piensan que al no aislar a los pacientes de manera obligatoria se corre el riesgo de propagar la enfermedad.
En el centro del debate, la enfermera Kaci Hickox, que fue sometida a cuarentena obligatoria en un hospital al regresar de África occidental a Nueva Jersey, fue dada de alta el lunes por órdenes del Gobernador Chris Christie, e inmediatamente se dirigió a su casa en el norte de Maine, donde su pareja es estudiante de enfermería.
Aunque los funcionarios de salud de Maine anunciaron que Hickox estaría en cuarentena en su casa durante 21 días, un abogado de la enfermera dijo que ella permanecería aislada solo durante “un día más o algo así”.
Por su parte, el Pentágono también decidió tomar su propio camino al anunciar que el personal militar que ha enviado a Liberia para ayudar en el combate al ébola pasará por una cuarentena obligatoria de 21 días en una base militar en Italia antes de regresar a Estados Unidos, tengan o no tengan síntomas de la infección y aunque no hayan estado en contacto con pacientes infectados con el virus.
De igual manera, los gobernadores de Virginia y Maryland, en conferencias de prensa separadas, dijeron que los viajeros procedentes de Guinea, Liberia y Sierra Leona que lleguen a sus estados serán evaluados por trabajadores de la salud y se les pedirá que acepten un protocolo de monitoreo de síntomas durante 21 días.
La Constitución estadounidense da al gobierno federal la potestad de aislar gente enferma que entra a Estados Unidos o que viaja entre un estado y otro. Pero son los estados los que llevan el peso de la autoridad para regular la salud pública, incluyendo la decisión de imponer cuarentenas dentro de sus fronteras.