Dejando de lado sus rifles de combate y armaduras, las tropas estadounidenses que se preparan para luchar contra el ébola en Liberia llegaron a África vistiendo trajes a prueba de gérmenes, guantes de goma azules y máscaras de gas.
Cerca de 500 soldados pasaron por un entrenamiento de tres días sobre enfermedades infecciosas en el Fuerte Hood de Texas, preparándose para ser parte del contingente de3.900 efectivos autorizados para ir a las zonas afectadas por el virus.
Personal médico del Ejército tratará a pacientes con ébola mientras ingenieros planean construir centros médicos temporales.
Seis aviones militares llegaron hoy a Liberia con personal militar para apoyar las labores en la lucha contra el ébola.
“Uno se siente un poco como el hombre Michelin, o un malvavisco”, dijo el entrenador John McGuffin a un grupo de soldados del Ejército, refiriéndose al traje que debe usar.
Temores de contagio no eran abiertamente discutidos, pero había cierto nerviosismo. Si bien la capacitación relacionada con el ébola es similar a la instrucción de la guerra química que muchos efectivos han tenido anteriormente, es muy lejos de las misiones de campo de batalla o lucha contra el terrorismo.
“Creo que hay cierta aprensión aquí, por supuesto”, dijo el coronel Heath Roscoe, comandante de la 36ª Brigada de Ingenieros, una de las tres unidades con destino a Liberia desde Fuerte Hood.
Para disipar los temores, tuvo una reunión el lunes con las tropas y sus familias en las que los cirujanos respondieron a preguntas no sólo acerca de la seguridad en Liberia, sino también sobre riesgos potenciales a los familiares una vez que sus seres queridos vuelvan a casa.
