La posibilidad de enviar a más soldados estadounidenses a suelo africano, para colaborar con la lucha contra el ébola, parece improbable.
A pesar de un nuevo brote en Sierra Leona, el gobierno de Gran Bretaña sostuvo que miembros de su ejército mantienen el orden, por lo que no es necesaria la ayuda militar estadounidense.
“Las piezas están en su lugar para luchar contra la enfermedad, aunque no era así hace un mes, por lo que veremos un cambio positivo enorme en las próximas semanas”, dijo a la agencia de noticias Reuters, Donal Brown, jefe del grupo de trabajo británico, en Sierra Leona.
Estados Unidos mantiene unos 3.000 soldados en Liberia, en donde junto a un gran número de voluntarios de la salud, de distantes partes del mundo, están cerca de contener el mortal virus, según el más reciente informe publicado por la Organización Mundial de la Salud.
No obstante, en Sierra Leona, una ex colonia británica, el número de casos confirmados ha aumentado a 18.000 desde que el virus apareció por primera vez hace un año en la selva de Guinea.
El plan del gobierno británico, es enviar trabajadores de salud casa por casa en busca de víctimas del Ébola, o de personas que hayan tenido contacto con algún infectado.
Pero a pesar de que los ingleses aseguran no necesitar apoyo militar en ese país, Gran Bretaña sí solicitó a EE.UU. más personal médico, y especialistas que ayuden en la construcción de laboratorios adicionales para las pruebas del Ébola.