La tasa de desempleo de Estados Unidos alcanzó 14,7% en abril, la más alta desde la Gran Depresión, al desaparecer 20,5 millones de empleos en la caída mensual más grave desde que se llevan estadísticas.
Las cifras revelan de la manera más cruda el daño causado por la pandemia a una economía ahora destruida.
Las pérdidas reflejan una grave recesión causada por los cierres de empresas en casi todos los sectores. Casi todo el crecimiento registrado durante los 11 años que siguieron a la Gran Recesión se ha desvanecido en un mes.
El derrumbe del mercado laboral se produjo a una velocidad alucinante. En febrero, la tasa de desempleo era de 3,5%, la más baja en medio siglo, y los empleadores crearon puestos de trabajo por 113er mes consecutivo, un récord. La tasa de desempleo en marzo era de 4,4%.
El informe del gobierno difundido el viernes advierte que muchas personas que perdieron el empleo en abril pero no buscaron trabajo ni siquiera están incluidas en la tasa. El impacto de las pérdidas se reflejó en la caída de la proporción de estadounidenses en edad laboral que tienen trabajo: apenas 51,3%, la más baja desde que se llevan estadísticas.
5,1 millones de estadounidenses sufrieron reducción de ingresos
Además de los nuevos desocupados, 5,1 millones de personas sufrieron la reducción de la jornada laboral en abril, lo que redunda en sueldos mas bajos, menor gasto y la consoiguiente profundización de la caída de la economía. El indicio de subempleo —desempleo más los trabajadores reducidos a tiempo parcial— también alcanzó una cifra récord, de 22,8%.
Aunque algunos negocios empiezan a reabrir en ciertos estados, las fábricas, hoteles, restaurantes, resorts, arenas deportivas, cines y muchos negocios pequeños siguen cerrados. Los millones de despidos han trastornado las vidas de las familias en todo el país.