El director de la Reserva Federal, Jerome Powell, y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, pintaron un sombrío escenario de la devastación económica de la pandemia del coronavirus en el país, pero mostraron la esperanza de que préstamos gubernamentales y asistencia a los negocios y las familias puedan proveer un alivio en los próximos meses.
“Las cifras de desempleo empeorarán antes de mejorar”, le dijo Mnuchin al Comité Bancario del Senado en testimonio remoto desde el Departamento del Tesoro. Ya 36,5 millones de trabajadores despedidos han presentado sus solicitudes de compensación por desempleo, cifras que no se habían visto desde la Gran Depresión, en la década de los 1930.
Los legisladores presionaron a los dos principales funcionarios económicos sobre el ritmo de la asistencia gubernamental y sobre si los billones de dólares ya aprobados por el Congreso han sido distribuidos entre los negocios que afrontan la posibilidad inminente de irse a la bancarrota.
“Yo esperaría que todo el capital sea colocado”, dijo Mnuchin. Pero se rehusó asegurarle a una demócrata crítica de la administración Trump, la senadora Elizabeth Warren, de Massachusetts, si las compañías serían obligadas a contratar a los despedidos una vez se recupere la economía.
El Congreso libra un acalorado debate sobre si hace falta aprobar más fondos de alivio, luego que la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, aprobara otro paquete de 3 billones de dólares la semana pasada. El presidente Donald Trump ha dicho que la medida estaba “muerta al llegar” a la Casa Blanca, y los republicanos esperan conocer en las próximas semanas el impacto de los fondos de alivio ya aprobados.
Aún así, el gobierno federal, le dijo Powell a los legisladores, “tiene que estar preparado para actuar más, y lo estamos en caso haga falta”.
Buena parte de Estados Unidos está reabriendo al comercio, pero el senador Sherrod Brown, un demócrata de Ohio y crítico de Trump, le preguntó a Mnuchin si no era muy temprano aún.
“¿Cuántos trabajadores más deben sacrificar sus vidas para aumentar el Producto Interno Bruto en medio punto porcentual?”, preguntó Brown.
“Ningún trabajador debería dar su vida por eso y creo que su caracterización es injusta”, respondió Mnuchin.
“Todos estamos siendo afectados, pero las cartas están cayendo con más peso sobre aquellos con menos capacidad para cargarla”, dijo Powell. “Vale la pena recordar que las medidas tomadas para contener la pandemia representan una inversión en nuestra salud individual y colectiva. Como una sociedad, debemos hacer todo lo que podamos para ofrecer alivio a aquellos que están sufriendo por el bien común”.
El jefe del Banco Central dijo: “la magnitud y velocidad de esta contracción no tienen un precedente moderno y son significativamente peores que la de cualquier recesión desde la Segunda Guerra Mundial”.
“Esta caída precipitosa en la actividad económica ha ocasionado un nivel de dolor que es difícil captar con palabras”, dijo Powell, “al ver como hay vidas que son trastornadas entre una gran incertidumbre sobre el futuro”.
El Tesoro redujo su tasa de interés a cerca de cero en marzo. Powell prometió que el Tesoro pretende mantener las tasas de interés a este nivel hasta que haya confianza que la economía ha logrado sobreponerse a eventos recientes y va en camino a alcanzar metas de empleo máximo y de estabilidad en los precios”.
Mnuchin coincidió con las preocupaciones de Powell sobre la economía en sus declaraciones iniciales, diciendo que “esta enfermedad está impactando a familias y comunidades en toda la nación. Sin tener culpa alguna, el pueblo estadounidense está enfrentando estos retos económicos”.
Pero dijo que debido a los esfuerzos de los profesionales de la medicina estadounidenses en todo el país, “yo me siento confiado de que nuestra nación surgirá de esta pandemia más fuerte que nunca antes”.
Dijo que cientos de billones de dólares en donaciones y préstamos a familias y negocios ya han sido distribuidos para aliviar la carga económica del país como resultado de la pandemia.
“Sentimos simpatía por los laboriosos trabajadores y negocios estadounidenses haciéndole frente a los tremendos retos de la pandemia del COVID-19”, dijo Mnuchin. Hemos tenido que tomar pasos sin precedentes para cerrar importantes partes de la economía por el interés de la salud pública”.
Dijo que como resultado, “continuamos viendo altos índices de desempleo y otros indicadores negativos. Es importante tener en mente que las altas cifras representan a personales verdaderas”.
Pero agregó que “al escuchar a los expertos médicos, nos sentimos optimistas que el progreso realizado en el tema de la vacuna, terapias antivirales y pruebas. Trabajando de cerca con los gobernadores, estamos empezando a abrir la economía en una forma que minimice los riesgos a los trabajadores y a los clientes. Esperamos condiciones económicas para mejorar los tercero y cuarto trimestres”.
El saldo de muertes por el coronavirus en Estados Unidos ha sobrepasado ya las 90.000 muertes, por lejos la cifra más alta en todo el mundo, con 143.000 adicionales anticipados a fallecer para inicios de agosto.
Pero Mnuchin dijo: “juntos destruiremos al virus COVID19 y nuestro país surgirá de esta pandemia más fuerte que nunca”.