La aerolínea suramericana Latam Airlines solicitó el martes protección por bancarrota, mientras trata de gestionar el brusco descenso en los viajes aéreos provocados por la pandemia del coronavirus.
Latam Airlines Group S.A., con sede en Santiago de Chile, indicó que tanto la empresa como algunas de su filiales habían iniciado una reestructuración en Estados Unidos.
La empresa esperaba seguir operando y confiaba en reducir su deuda a través del proceso de bancarrota.
Los vuelos de pasajeros y mercancías seguirían operando y los empleados seguirían recibiendo sus salarios, indicó la firma. Los pasajeros con pasajes y cupones aún podrían utilizarlos.
El director general de la compañía, Roberto Alvo, describió a Latam como “sana y rentable” antes de la pandemia que ha paralizado los vuelos en todo el mundo.
“Estamos deseando llegar a un futuro post COVID-19 y nos centramos en transformar nuestro grupo para adaptarnos a una forma de volar nueva y en evolución, con la salud y seguridad de nuestros pasajeros y empleados como algo fundamental”, dijo en un comunicado anunciando la declaración de bancarrota.
En el proceso estaban incluidas la matriz y sus filiales en Colombia, Perú y Ecuador, así como sus operaciones en Estados Unidos.
Latam no incluyó a sus filiales en Argentina, Brasil y Paraguay. La compañía dijo estar en conversaciones con el gobierno brasileño sobre cómo proceder con sus operaciones allí.
La solicitud de protección por bancarrota contaba con el apoyo de dos familias con importante participación en la compañía -la familia Cueto en Chile y la familia Amaro en Brasil-, así como el inversionista Qatar Airways, que tiene una participación del 10%, señaló la firma.
Latam es la mayor operadora de Sudamérica por tráfico de pasajeros. El año pasado operó más de 1.300 vuelos diarios y llevó a 74 millones de pasajeros.
La firma tenía una flota de más de 340 aviones y casi 42.000 empleados en nómina, según su último balance anual. En 2019 reportó unos beneficios de 190 millones de dólares.
Latam llegó a un acuerdo el año pasado para vender una participación del 20% a Delta Air Lines por 1.900 millones de dólares. Su comunicado del martes no mencionaba a la compañía con sede en Atlanta.
El director general de Delta, Ed Bastian, expresó su confianza en la gestión de Latam en un comunicado enviado por correo en respuesta a preguntas.
“Las aerolíneas de todo el mundo se han visto devastadas por la pandemia de COVID-19, para la que ningún plan de negocio podría haber preparado adecuadamente. Seguimos firmemente comprometidos a nuestra alianza con LATAM y creemos que saldrá con éxito como una aerolínea más fuerte y socia de Delta en el largo plazo”, afirmó.
No indicó si Delta proporcionaría más apoyo financiero, y la empresa declinó hacer más comentarios.