El número de estadounidenses que solicitaron beneficios por desempleo ascendió a 770.000 en la semana que terminó el 13 de marzo, una cifra que los expertos interpretaron como un indicio de que los despidos siguen siendo altos a pesar de una reapertura parcial de la economía.
El reporte semanal del Departamento del Trabajo que reflejó el incremento de 45.000 nuevas solicitudes con respecto a la semana anterior sorprendió de cierto modo a los economistas, que esperaban alrededor de 700.000.
Otros indicadores sugieren que la economía de EE. UU. se está recuperando lentamente en medio de una disminución de los nuevos casos de COVID-19 y una campaña de vacunación a toda marcha.
El mes pasado, las nóminas agregaron una robusta cifra de 379.000 empleos, la mayor cantidad desde octubre, y más gastos de los consumidores, a medida que algunos estados y ciudades comenzaron a levantar sus restricciones a los comercios.
En ese sentido, los economistas están observando de cerca las solicitudes de beneficios por desempleo en Texas y Mississippi, dos estados que eliminaron totalmente las medidas tomadas para contener la pandemia.
Se espera que la economía se recupere a un ritmo mayor con la llegada del dinero a familias y comercios del nuevo paquete de alivio fiscal firmado por el presidente Joe Biden la semana pasada. La economía mejoró después de los dos paquetes anteriores en 2020.
La nación tiene aún que recuperar una gran parte de los 9,5 millones de trabajos que tenía en febrero de 2020, antes de la pandemia.
Las solicitudes de beneficios por desempleo han ido disminuyendo bastante desde la cifra récord de 6,867 millones que se registraron en marzo de 2020, pero aún están muy por encima del máximo de 665.000 durante la Gran Recesión de 2007-09.
En un mercado laboral regular, el número de nuevas solicitudes de beneficios por desempleo fluctúa en un margen de 200.000 a 250.000.
