Las sanciones de Occidente y los bajos precios del petróleo han hecho reconocer al gobierno ruso que el otro año les espera una recesión económica.
El ministerio de Desarrollo Económico revisó su expectativa de crecimiento del PIB para 2015, el cual tendrá una disminución de 0,8 por ciento, mientras el ingreso declinará en un 2,8 por ciento.
Al respecto, el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, dijo que las sanciones a Rusia no han resultado en un abandono de Moscú a los separatistas ucranianos, pero han dañado la economía rusa.
Mientras las sanciones de Occidente han golpeado fuertemente a los bancos rusos y han hecho disminuir la inversión, los precios del petróleo –el principal producto de exportación y columna vertebral del presupuesto estatal—han caído hasta $70 dólares por barril.
Si bien Rusia tiene un sólido balance general, una deuda soberana extremadamente baja y reservas en monedas extranjeras, la dependencia del petróleo la deja a merced de los mercados internacionales.
Su cada vez mayor aislamiento político aumenta el riesgo de menores inversiones extranjeras.
El esperado aumento de la inflación, a medida que el valor del rublo se deslice frente al dólar, también golpeará fuertemente la confianza de los consumidores y las actividades empresariales.
Si bien Kerry dijo que sanciones adicionales no están fuera de la conversación, se ha reportado que diplomáticos europeos no favorecen más castigo a la economía rusa, a no ser que haya una escalada aguda en las hostilidades en Ucrania.
"Rusia tiene la oportunidad de tomar una elección muy diferente", dijo Kerry. "Estamos preparados, como otros se preparan, a sentarnos a negociar de manera razonable donde todas las partes pueden acordar medidas muy concretas con el fin de avanzar en una dirección diferente a la actual”.