Una propuesta de Irán que sugiere facultades de inspección más amplias de su programa nuclear, está siendo analizada por las seis potencias que participan en el diálogo sobre desarme que se realiza en Ginebra, Suiza.
El plan contempla tres fases para poner fin al punto muerto sobre su programa nuclear, a cambio de la remoción de las sanciones que perjudican a su economía, dependiente del petróleo, y aunque no se entregaron detalles de la propuesta, la delegación iraní dijo que sí incluía la supervisión de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por su sigla en inglés).
Las seis potencias mundiales –Estados Unidos, Francia, Alemania, Gran Bretaña, China y Rusia— exigen la implementación del llamado Protocolo Adicional con la IAEA, que permite inspecciones no anunciadas fuera de los sitios declarados y es considerado una herramienta vital de la agencia para asegurar que un país no tenga ningún trabajo nuclear escondido.
Irán, en cambio, ha considerado hasta ahora que el protocolo es voluntario.
Las potencias también quieren que Teherán reduzca su programa de enriquecimiento de uranio y que suspenda las actividades de nivel más alto.
La disputa entre Irán y Occidente lleva ya 10 años, pero desde que el presidente iraní, Hassan Rouhani, asumió el cargo, ha habido una creciente disposición por resolverla.
Los diplomáticos occidentales recalcan que quieren que Irán demuestre con acciones concretas las afirmaciones hechas en su nuevo tono conciliador.
El plan contempla tres fases para poner fin al punto muerto sobre su programa nuclear, a cambio de la remoción de las sanciones que perjudican a su economía, dependiente del petróleo, y aunque no se entregaron detalles de la propuesta, la delegación iraní dijo que sí incluía la supervisión de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por su sigla en inglés).
Las seis potencias mundiales –Estados Unidos, Francia, Alemania, Gran Bretaña, China y Rusia— exigen la implementación del llamado Protocolo Adicional con la IAEA, que permite inspecciones no anunciadas fuera de los sitios declarados y es considerado una herramienta vital de la agencia para asegurar que un país no tenga ningún trabajo nuclear escondido.
Irán, en cambio, ha considerado hasta ahora que el protocolo es voluntario.
Las potencias también quieren que Teherán reduzca su programa de enriquecimiento de uranio y que suspenda las actividades de nivel más alto.
La disputa entre Irán y Occidente lleva ya 10 años, pero desde que el presidente iraní, Hassan Rouhani, asumió el cargo, ha habido una creciente disposición por resolverla.
Los diplomáticos occidentales recalcan que quieren que Irán demuestre con acciones concretas las afirmaciones hechas en su nuevo tono conciliador.