El presidente Barack Obama hablará esta semana en una sesión conjunta del parlamento de Australia, durante una visita a ese país que marca el 60 aniversario de la alianza bilateral conocida por sus siglas como ANZUS.
El Tratado de seguridad suscrito por EE.UU., Australia y Nueva Zelanda (ANZUS), fue firmado en San Francisco en 1951, durante plena Guerra Fría.
Desde entonces hasta la fecha, Australia se ha convertido en uno de los aliados más leales de EE.UU. De hecho, ningún otro país ha contribuido con más tropas a pelear hombro con hombro junto a los estadounidenses desde la Primera Guerra Mundial.
Aunque la visita de Obama a las ciudades de Canberra y de Darwin se espera que fortalezcan aún más la vieja amistad entre los dos países, Geoffrey Garrett, jefe del Centro de Estudios de EE.UU. de la Universidad de Sídney, considera que además fijará un cambio decisivo en la diplomacia estadounidense.
“Creo que este viaje va a significar un cambio estratégico en la política exterior de EE.UU hacia la zona Asia- Pacífico, aparte del Oriente Medio y de la guerra contra el terrorismo”, dijo.
El experto cree que Australia está asumiendo un rol mayor en cuanto al comercio y la seguridad regionales, además de que la cooperación con EE.UU. es “más abierta y a alto nivel que la que tiene con cualquier otro país en el mundo, con la posible excepción del Reino Unido”.
Se espera que Obama anuncie planes para el despliegue de infantes de marina estadounidenses en el norte de Australia, una presencia que despertará preocupaciones en China.
Tom Switzer de la Universidad de Sídney piensa que la diplomacia australiana necesita balancear sus objetivos militares y económicos, porque para EE.UU. “China representa el ascenso de un rival geopolítico, pero para Australia se trata de su mayor socio comercial”.
Según Switzer, Australia encara la opción de acomodar la sombrilla de seguridad estadounidense y al mismo tiempo expandir las relaciones comerciales con China.
“Eso puede ser muy difícil si existen tensiones en el mar del sur de China o en el estrecho de Taiwán. Eso no puede descartarse”, dijo.
Aunque la guerra en Afganistán es bastante impopular entre muchos australianos, las encuestas de opinión indican que Estados Unidos cuenta con un amplio apoyo en la población del país, tal como reveló una residente en Canberra, quien al referirse al presidente Obama dijo que lo aprecia “muchísimo".
También valoró que si se vuelve a pensar "en la Segunda Guerra Mundial, sin los estadounidenses no lo hubiéramos logrado. Necesitamos alguna ayuda. Somos 22 millones de personas, un pequeño punto en el Pacífico Sur. Realmente los queremos aquí a los estadounidenses, cualquier base que quieran son bienvenidos”, admitió.
Otro ciudadano consultado, no obstante, opinó que la relación entre Australia y Estados Unidos está un "poco sobrevalorada". "Nos alineamos demasiado con Estados Unidos. No sé realmente si tiene algún beneficio para Australia".
Australia conserva estrechos lazos culturales con Gran Bretaña y su riqueza depende cada vez más de China, pero sucesivos líderes australianos han dicho que lo más valioso que tiene el país es su alianza de seguridad con EE.UU.
Barack Obama es el quinto presidente estadounidense que visita Australia.