Los Cardenales de San Luis libraron otro bien disputado partido con los Rangers de Texas para coronarse campeones de la Serie Mundial de béisbol de Grandes Ligas con un convincente triunfo de 6-2 carreras.
La victoria de los Cardenales es la undécima conseguida en los clásicos de otoño del béisbol en EE.UU, y la segunda de los últimos cinco años, ya que en el 2006 también lo lograron frente a los Tigres de Detroit.
Con ésta, el equipo de béisbol de San Luis se consolidó como el segundo con más títulos en las Grandes Ligas, después de los Yanquis de Nueva York, ganadores de 27 campeonatos.
El triunfo les sonrió en una final de serie a la que llegaron empatados a tres juegos con los Rangers y un día después de un partido (el sexto) no apto para cardiacos que se decidió en 11 entradas a batazo limpio.
El héroe de esa jornada con un jonrón decisivo fue el cardenal David Freeze, quien también brilló en el séptimo y último juego con un doble que llevó a la goma dos anotaciones frente a un lanzamiento de Matt Harrison, que a la larga sólo duró en el montículo cuatro entradas y fue el pitcher derrotado.
Freeze fue nombrado el jugador más valioso de la serie. Otro que se destacó en el juego de la noche del viernes fue el jardinero Allen Craig, que disparó un cuadrangular en el tercer inning para poner al frente a los Cardenales con una ventaja que los Rangers no lograron nunca reducir.
El lanzador abridor por los Cardenales Chris Carpenter (2-0) se fue con la victoria, su segunda de la serie y la cuarta sin derrota de la postemporada. Para el mánager de los campeones, Tony LaRussa, fue su tercer título logrado en una serie mundial.
Durante seis episodios, Carpenter sólo permitió que le conectaran seis hits y que le anotaran dos carreras, en tanto que logró propinar cinco ponches a la sólida batería de los texanos.