El presidente Joe Biden firmó el lunes un paquete de un billón de dólares para mejoras de infraestructura en Estados Unidos, que servirá para reparar carreteras y puentes en deterioro, mejorará el servicio ferroviario, expandirá el transporte público y ampliará el servicio de Internet de banda ancha.
Legisladores del Congreso, gobernadores estatales y alcaldes municipales, tanto demócratas como republicanos, asistieron a la ceremonia de firma de Biden en los jardines de la Casa Blanca en una tarde fresca y soleada de otoño.
La firma de Biden de una de sus propuestas legislativas clave marcó una rareza en un Washington políticamente polarizado: la aprobación de una iniciativa importante sobre una base bipartidista. Diecinueve republicanos se unieron a los 50 demócratas para aprobar la medida en el Senado, mientras que 13 republicanos la votaron en la Cámara de Representantes, incluso cuando seis demócratas se opusieron.
"Demócratas y republicanos pueden unirse y producir resultados reales", dijo Biden antes de firmar la legislación. "Hoy lo estamos logrando. [Que] Estados Unidos esté en movimiento nuevamente".
Aun así, la aprobación del proyecto de ley fue políticamente peligrosa para los legisladores republicanos, y algunos líderes republicanos del Congreso se opusieron a darle al presidente demócrata una victoria legislativa cuando sus índices de aprobación se desplomaron ante un aumento de tres décadas en los precios al consumidor.
El expresidente Donald Trump arremetió contra los legisladores republicanos que votaron por el gasto en infraestructura a pesar de que él también abogó por la construcción de nuevas infraestructuras públicas en el país cuando estaba en la Casa Blanca, pero no pudo aprobarla en el Congreso. Trump dijo que los republicanos que votaron por el proyecto de ley de Biden "deberían avergonzarse de sí mismos".
La congresista republicana Marjorie Taylor Greene, de Georgia, una opositora vocal a Biden, caracterizó a los republicanos que favorecían la legislación como "traidores" y tuiteó sus números de teléfono.
Biden también se encuentra en medio de un prolongado debate sobre su legislación de casi dos billones en "infraestructura humana", que sería la mayor expansión del gobierno de la red de seguridad social para los estadounidenses en cinco décadas. Se espera que la Cámara vote sobre la medida a finales de esta semana y, si se aprueba, la envíe al Senado, donde su destino es incierto.
Ningún legislador republicano del Congreso apoya la legislación de seguridad social, lo que significa que los demócratas tendrán que aprobarla por su cuenta.
El proyecto de ley de infraestructura incluye 110.000 millones de dólares en fondos para carreteras, puentes y otros proyectos de construcción importantes, junto con 39.000 millones para modernizar el transporte público y hacerlo más accesible para los discapacitados y los ancianos.
La medida incluye 50.000 millones para mejorar la infraestructura contra los estragos del cambio climático y los ciberataques. Otros 55.000 millones reemplazarán las viejas tuberías de plomo que todavía se usan en algunos sistemas de agua potable de EE. UU. y 65.000 millones para desarrollar infraestructura de banda ancha.
La legislación contempla una partida de 21.000 millones de dólares para eliminar la contaminación del suelo y las aguas subterráneas, la creación de empleo en las comunidades energéticas y un enfoque en la justicia económica y medioambiental. La legislación incluye 73.000 millones para actualizar y expandir la red eléctrica.
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